El único que manda en el fútbol y tiene razón es el balón, y no habla

“La plantilla del Valencia luchará por Europa”, “el equipo que tiene Marcelino es para estar entre los 4 primeros”, “el club ha trabajado de forma extraordinaria este mercado”, y que no falte (que yo también lo pienso) “nos ha faltado un delantero para completar un gran equipo”. En la primera semana de septiembre, esto no pasa de quinielas futbolísticas, porque lo cierto es que si, la pinta es buena, pero igual que hace mes y medio era horrorosa, y cuando salió el calendario, todos vaticinaban problemas contra Las Palmas y tragedia en el Bernabéu. Aquí el que manda es el balón, es el juez impecable, incorruptible, porque encima el muy canalla ni habla, ni siente, ni padece. Él será el que diga si todo lo hecho vale o no, si ha sido un buen trabajo o sólo un buen intento.

Pasar del más terrible de los pesimismos a la euforia desmedida es muy nuestro, muy del entorno del Valencia, pero no es lo que toca en estos momentos. Hay buenas piezas nuevas, y también buenas piezas viejas, que los que quedan del año pasado no son cojos ni mancos. Marcelino ha trabajado y mucho al equipo, pero queda mucho, porque el asturiano es un tipo obsesivo, maniático, no le gustan los errores. Ahora toca coger todas esas piezas y hacer algo bueno, algo importante, porque ahora pasaremos de la euforia a la exigencia, y debemos tener los pies en el suelo de forma permanente para no cometer los mismos errores de antaño.