El Roig Arena como muro de las lamentaciones del Valencia: ¡qué error tan grave cometimos!

La cagada más gorda de la historia del Valencia es no haber dejado que Juan Roig comprara el club junto a su hermano Fernando hace ahora más de 20 años. Lo llevo diciendo dos décadas y lo repetiré hasta que me muera, porque dudo mucho que volvamos a meter la pata de una manera tan lamentable, y mira que aquí hacemos esfuerzos por superarnos en este tipo de cosas cada vez. "El club de los Roig", decían algunos, pero claro, aquello ahora se pierde en la memoria de las redes y la inmediatez.

Y cuando veo ese Roig Arena me cabreo todavía más, pues claro que me cabreo. Porque ese recinto es el símbolo de la ambición que tiene Juan respecto a sus proyectos, y claro, lo traslado al Valencia, y me vuelvo loco. Hace años, muchos, cuando Fernando fichó a Palermo, dije en la radio, "si para el Villarreal ficha a ese delantero, ¿cuál habría firmado para el Valencia?" Ejemplos hay cientos, y eso sólo hace que me enfade todavía más.

Porque siento envidia, de la mala de toda la vida, porque querría que estuvieran con nosotros, y al mismo tiempo admiración, que es realmente ese concepto absurdo de "envidia sana", porque su obra trasciende el deporte y alcanza todos los estamentos de la sociedad. Los más jóvenes no podéis acordaros, muchos no habíais nacido, pero algunos periodistas que hoy enorbolan algunas banderas, hicieron campaña descarnada contra Juan y Fernando Roig. Unos genios, no cabe duda.