¿Quién marca el que es del Valencia y el que no?
La Santa Inquisición valencianista ya empieza a señalar y a demonizar a quien no piensa de un modo determinado, y ya está bien
Valencia CF
Dudar de Bordalás en el Valencia no tiene sentido
Es la segunda vez que se pone en tela de juicio al técnico, porque los resultados mandan, pero más allá de mezclar temas, no tiene sentido
A los que no distinguís el Valencia de Meriton se os ha notado mucho
Son dos mundos completamente distintos, aunque ahora mismo estemos atados a ellos por culpa de muchos factores y de mucha gente
El objetivo del Valencia y la exigencia del entorno
En agosto era competir bien en cada partido... y en noviembre, camino de diciembre, sigue siendo el mismo aunque a veces lo olvidemos
Cuando pones sobre el papel "de quién es" la actual plantilla del Valencia
Echarle la culpa a Jorge Mendes siempre que las cosas no van bien es algo habitual desde 2014, aunque el problema es cuando ves de quién es cad uno
La planificación deportiva del Valencia
Cuando ahora se juntan lesiones y sanciones, se pone el grito en el cielo por algo que ya sabemos, pero que tiene situaciones extremas
El Valencia necesita fichajes de forma urgente si quiere competir de verdad
Se debe proponer mucho más, se tiene que dar un paso adelante, pero como ya se sabía en agosto, hacen falta futbolistas muy concretos
¿Quién genera juego de ataque en el Valencia? un problema de difícil solución
Se esperaba el partido ante el Rayo como el día en el que el Valencia debía demostrar su recuperación definitiva, pero las dudas han aumentado y sobre todo se aprecia la gran carencia del equipo
Empates que penalizan y dejan al Valencia estancado
El Valencia ha sumado casi tantos empates en las 15 primeras jornadas de las últimas cuatro temporadas que en las ocho anteriores, los empates son muy engañasos y penalizan con este sistema de puntuación
Peter Lim, ¿y ahora qué hacemos con el Valencia, crack?
Hay un momento en el que uno pierde las formas y la paciencia, y en este caso es que no se puede aceptar nada más, y ya ni hablo de gestión