No entendemos la operación de Goldman Sachs con el Valencia
Damos por hecho que van a pasar una serie de cosas, especialmente la venta, y eso es algo que merece mayor análisis

Mi sensación es que en el entorno del Valencia no hemos entendido la operación con Goldman Sachs. Y digo hemos, primera persona del plural, porque yo también he tenido que hacer preguntas, hablar con gente y cotejar puntos de vista para hacerme una idea lo más exacta posible con respecto a esta situación.
Refinanciar la deuda, ordenarla, tener sólo un acreedor y proyectarla a largo plazo con condiciones ventajosas, es algo que la empresa, ya no el club, necesitaba. Y lo necesitaba porque había que dar oxígeno a las cuentas y terminar el Nuevo Mestalla, que es la variable de la que nos olvidamos, creo que de forma tendenciosa, en este proceso.
Tener el dinero para acabarlo es algo esencial, porque el plan, simple como el de 2006, es que sea el futuro campo el que “vaya pagando” el crédito con lo que se va a generar de más respecto a la actualidad. ¿Eso desemboca en una venta por parte de Lim? No necesariamente, y desde luego, si fuera que sí, no en el corto plazo, y tampoco en el medio siempre en función de qué tiempo consideremos que es ese medio. Porque al final todo es más sencillo que conspiraciones de todo tipo.
El máximo accionista quiere un dinero por su más de 90%, que seguro que supondrá una gran plusvalía para su inversión, y eso pasa por tener el club en el máximo valor posible, ya que nadie le va a duros a cuatro pesetas.
Que el campo esté acabado y funcionando, que se pueda vender la parcela del actual estadio y que se genere ya ese dinero de más (81 millones contra 26 según Legends), ya pone al Valencia en valor. ¿Y eso quiere decir que Lim vende al día siguiente? Mucho me temo que estamos dando por sentado algo que esta en el aire, muy en el aire, y que no sabemos cómo va a evolucionar.