Y ahora es cuando alguien en el Valencia debe romper una puerta de una patada
Un jefe con mando real, que sea respetado y respaldado por la propiedad, y que baje al barro para decir las cosas como son

Cuando el Valencia las está pasando “putas” es cuando alguien debe salir, derribar una puerta a patadas y ser el malo de la película. Ese cabrón que te chilla, que te miras y te acojonas de tal manera que se te quitan las ganas de hacer el gañán por muchas que puedas tener.
Un jefe que mande, que tenga mando, y que sepa de qué va esto y que le vaya la vida en ello, que tenga un grado de exigencia a la altura del club y que sepa que, o ganas, o te vas al carajo. Esa figura es jodida, mucho, de ser y de encontrar, pero existe, claro que existe, que aquí no estamos inventado nada, no tengamos siempre ese complejo de ombligo del mundo como si todo girase en torno nuestro cuando no es así, ni mucho menos.
Alguien tiene que mandar, alguien tiene que ser ese tío al que le tenga pánico, porque te juegas la vida delante de él. Y, salvo que esté muy equivocado, ahora mismo no hay nadie que encarne esa figura, o que quiera hacerlo, que es casi tan duro como lo anterior. Y el Valencia debería preocuparse por tener ese perfil, que yo por cierto tengo muy claro en mi cabeza, pero que ahí está bien.
No podemos dejar que pase el tiempo, no podemos volver a dejar que pase el tiempo, y eso exige decisiones, soluciones y seguramente la toma de riesgos, pero la alternativa es la nada, el abismo, y no tengo nada claro que sea lo que queremos, y desde luego, en absoluto es lo que necesita ahora mismo un grupo que adolece de eso, de mano dura que exija y muerda en el cuello.