Sigo sin saber de qué juega o a qué juega Almeida en el Valencia

El Valencia le ha regalado una renovación a André Almeida que ahora se tiene que ganar con rendimiento, y que, de momento, es algo que no está haciendo. De ese burro no me voy a bajar de ninguna de las maneras, y sigo pensando en jugadores que, en la misma situación, recibirían palos como castillos sólo por el simple hecho de pisar el verde de Mestalla. Pero es que Almeida es como si pasara un ángel, nunca ocurra nada respecto a él. 

Minutos de nada, de pasar el rato, de tocar el balón, de ofrecerse en zonas en las que no aporta gran cosa, en las que no es diferencial, en las que no ayuda de verdad al equipo, que al final es lo que se supone que tiene que hacer, para lo que ha renovado y por lo que se supone que ha recibido la confianza del entrenador y por extensión del club, que le ha ampliado un par de años el contrato, además de mejorarle un sueldo que, repito, no se ha ganado.

Contra el Oviedo vimos lo mismo de siempre, porque fue lo mismo de siempre, y no hay una sola razón que invite a pensar que esto puede cambiar, porque es la cuarta campaña del luso aquí, y sabemos muy bien lo que puede y lo que no puede dar. Otra cosa es lo que quiera o no quiera dar, porque en ese terreno no me puedo meter, aunque es obvio que obras son amores y no buenas razones, y en ese sentido hay muy poco que añadir.