El Mundial y Mestalla, y el Valencia de “espectador”

Valencia va a ser sede del Mundial 2030, y Mestalla su estadio. Tan fácil como eso, por más vueltas que le queramos dar a una situación que es muy simple, pero que se enroca por motivos que tienen poco que ver con lo que estrictamente atañe a la construcción del campo. María José Catalá está en su papel, porque es el que le toca, aunque alejada absolutamente de un perfil beligerante como antes lo estuvo Sandra Gómez, y a su manera, Joan Ribó.

Aquí no se trata de ponerse de medallas, sino de ser ejecutivo, y todo ello sin dar la sensación de que a Lim no se le regala nada, que no se hace en ningún caso, pero entiendo que se pretendan guardar también las apariencias. Aunque también tenga claro que las codas tienen un límite, pero ese es otro tema. Salva Gomar, presidente de la Federación de Fútbol de la Cominitat Valenciana, decía algo muy importante estos días atrás en la SER: “yo sí creo que está el dinero.

Veo más trabas en la burocracia o en algunos "valencianistas”, que puede que no quieran que salga el estadio”. Si eso mismo, con lo que estoy totalmente de acuerdo, lo digo yo en primera persona, me caen de todos los colores, pero es que la verdad sólo tiene un camino, que dijo Baraja en la previa del Madrid.

Confundimos, y empiezo a pensar que de forma totalmente intencionada, la guerra contra Meriton y el bien del Valencia, y son dos cosas completamente distintas. Las obras deben haber empezado antes del verano que viene, porque los plazos son los plazos, y tengo muy claro que las partes se van a poner de acuerdo, porque así tiene que ser. Lo mismo que también tengo cristalino que otros irán en sentido totalmente contrario.