Un cambio brutal, e inesperado, en el Valencia

Decir que todos sabemos lo que piensa Peter Lim es, en estos momentos, la mejor forma de hacer el ridículo. Porque una vez más, ha quedado claro que el aún máximo accionista del club, y que parece que lo va a seguir siendo en el corto plazo de tiempo, nos ha vuelto a demostrar que somos unos engañados de la vida. El viaje de Murthy a Singapur ya tenemos claro para qué era, todo lo que se había preparado, y cuál era la estrategia que iba a seguir Meriton ante todo lo que viene, que no es poco.

Lim barruntaba ceder la gestión deportiva del Valencia hace meses. De hecho, en octubre se empezó a escuchar esto, y en diciembre, aquí mismo, nos preguntábamos qué podía pasar. Pero sin saber la respuesta, ni ahora decir que sí la sabíamos pero que no podíamos decir. Que ni la más remota idea, que lo del Príncipe no lo hemos visto venir, y que Lim hace de su capa un sayo. Y por una razón muy simple y elemental, que nos molesta mucho a todos, pero por ser verdad.

Peter Lim compró el Valencia, y puso casi 100 millones de euros para ello, y luego hizo una ampliación de capital de otros 100. Por eso puede pensar lo que le plazca, actuar como considere oportuno, y siempre dentro de la legalidad vigente, hacer lo que la parezca con la mercantil. Ahora todo el mundo lo sabía, pero nadie lo ha visto venir. Quizá deberíamos ser más de contar las cosas que pasan y no las que queremos que pasen... por si finalmente no terminan pasando, básicamente.