Las formas de irse del Valencia de Marcelino desde agosto

El entrenador tuvo un mes de agosto lamentable, y su despedida decepcionó hasta aquellos que más lo han, o hemos, defendido en este tiempo

Toni Hernández | 15 SEPT. 2019 | 09:00
Marcelino García Toral

Marcelino se ha ido del Valencia de un modo extraño, se podría decir que hasta feo, porque el argumento de la Copa del Rey no tiene sustento, no se soporta, y es muy débil. Y además pone de manifiesto que tanto él como su eterno, que es algo que estaba claro pero quedaba la duda razonable, han estado filtrando sin control desde hace muchas semanas. Y ya no sólo eran llamadas o charlas en viajes o entrenamientos, también mensajes escritos cuando de alguna manera se aplicaba aquello de “para lo que me queda en el convento…”. Que había una unión enorme dentro del vestuario se sabía, que la gente lo quería lo mismo, que está agradecido igual, pero en su adiós falta su opinión real, su particular autocrítica, que hubiera explicado las últimas semanas de enfrentamientos y retos permanentes.

Marcelino no ha sido listo ni tampoco inteligente, se ha saltado las normas y ha aplicado recetas de otro fútbol, que no valieran en Villarreal y tampoco aquí, y soy de los que piensa que son dos historias muy distintas. Marcelino era el mejor entrenador que podía tener el Valencia, y no s ha devuelto muchas cosas, pero al mismo tiempo ha sido muy torpe y muy soberbio, y eso lo ha pagado. No voy a entrar en el tema de su agente, porque al final se puede estar presenta en operaciones sin “estar”, y eso no se puede demostrar, pero cuando tu no eres el dueño no pueden pretender serlo, por muy bueno que seas en tu trabajo. Pero con todo y con eso, gratitud eterna a un buen entrenador y un tipo, que no terminó de ver dónde estaba.