Y cuando el Valencia cierre los fichajes, ¿con quién nos vamos a meter?

Ahora los palos, con más o menos fundamento, son para García Pitarch y Lim, ¿y cuando se cierren los fichajes a quién matamos?

Toni Hernández | 18 JUN. 2016 | 00:10

El verano es la época de fichajes, de los rumores, de los muchos nombres que sonaban para el banquillo hace unas semanas, de los muchos que suenan ahora para formar la plantilla del Valencia 2016/2017, de las reuniones del director deportivo, Jesús García Pitarch, en las oficinas del club y en medio mundo, de ver pasar caras que te suenan pero no sabes de qué y resulta que son agentes de jugadores, de ese momento del año en el que los aficionados, los realmente importantes en esta historia, se hacen ilusiones o se cabrean, pero siempre en función de lo que se les dice, y más cuando se habla de jugadores que no son especialmente conocidos. Ahora todo el mundo conoce a André Gomes o a Mustafi, que eso sí, vino como campeón del mundo (aunque me juego el bigote a que los que le habían visto más de 10 partidos enteros no los cuento con los dedos de una mano), pero cuando vinieron no. De eso hace dos años, una temporada buena y otra desastrosa, y somos tan fenómenos que decimos que no los vendemos sin dan 65 y 40 millones por cada uno. Somos unos genios...

Y claro, se dan palos. ¿A quién? Ahí la cosa está más repartida, porque la prensa especializada, o sea, nosotros, le damos a Lim. Especialmente aquellos que le tienen ganas por diversos motivos, porque no les da de comer como tenían costumbre de toda la vida o porque lo trajo Salvo y luego hubo eso de "traición". Amadeo pisó fuerte con la expectativa en su día, y el marrón ha quedado para los que vienen, y si ahora no se traen estrellas de 50 millones parece que sean ruinas de jugadores. El listado de nombres ronda los 50, y no es ni 20 de junio, y qué pocos de esos jugadores tienen el visto bueno... Y a eso contribuye que las operaciones no se cierran, y eso genera que la crítica de quien va a la contra aumente, y la desesperanza haga lo mismo entre los aficionados.

García Pitarch era la figura sagrada, el hombre en el que debía basar Lim todo el plan. Lo hace, y cuando se encuentra con un mercado que está parado, porque apenas está habiendo movimiento de momento, resulta que vuelve al cargo de inútil mamporrero. Es decir, le pegamos porque no quiere pagar más de lo que valen los jugadores. Ni quiere ni puede. Pero, ¿y cuando lleguen los nuevos? Porque llegarán, por supuesto no gustarán, pero llegarán. Entonces, ¿a quién se la darán palos? Pues lo normal es que le toque a Ayestarán, que haría bien en medir bien su discurso, pelín subido en las últimas intervenciones, y eso no es bueno. Pero lo que queda claro es que parece que el valencianismo no quiera ilusionarse, sino más bien encabronarse. Como si sólo le valiera que llegaran Balones de Oro. Porque Kempes, Claudio López o David Villa eran estrellas mundiales y venían de los mejores equipos del planeta, ¿no?