Rubén Baraja quiere volver a ganar títulos con el Valencia

El Valencia juvenil jugará ante el Real Madrid en las semifinales de la Copa del Rey. El club solo consiguió ganar la competición una vez, en 1961

Jose Hernández | 09 JUN. 2015 | 14:46

El Valencia juvenil que entrena Rubén Baraja se enfrentará al Real Madrid en las semifinales de la Copa del Rey de la categoría que se está celebrando actualmente. El equipo valencianista quiere redondear su año clasificándose para una final que solo ha disputado en dos ocasiones, además el Valencia no gana el título desde 1961, el único de su historia.

Rubén Baraja quiere seguir dándole alegrías al valencianismo y en este caso podría volver a hacer historia si lleva al equipo juvenil a la final de la Copa del Rey. Para ello tendrá que eliminar al Real Madrid, en lo que promete ser una eliminatoria muy intensa entre dos de las canteras más potentes de nuestro país. El Valencia CF no tuvo demasiada fortuna en la historia de este torneo, ya que solo disputó dos finales del mismo por las 27 del Barcelona, las 15 del Real Madrid o las 17 del Athletic, sin duda, en la estructura del fútbol base están decididos a cambiar la historia.

El único título llegó en el Santiago Bernabeu en 1961

No es fácil navegar en los archivos de esta competición, y mucho más complicado es encontrar documentos como el que nos lleve al único título de copa juvenil del Valencia CF conseguido en 1961. Aunque sea una competición de cantera, se trata de un momento histórico en el camino del valencianismo ya que después de 54 años no ha vuelto a repetirse. La foto de los campeones de copa dando la vuelta de honor en el Santiago Bernabeu antes de que se disputara la final de copa absoluta entre el Atlético y el Real Madrid, es absolutamente enigmática.

Eran días tristes para el valencianismo ya que pocos días atrás su jugador, Walter Marciano, había fallecido en un accidente de circulación. De hecho, un día antes de la final de copa de los canteranos se disputó un encuentro en Mestalla entre el Valencia y el Fluminense a beneficio de la familia del jugador brasileño. El 2 de julio de 1961 los juveniles valencianos saltaron al terreno de juego para enfrentarse al Deportivo Elizondo, un conjunto donostiarra que al igual que ellos, se había mantenido invicto durante toda la competición. Al Valencia le entrenaba Vicente Morera Amigó, ex-futbolista de Silla que jugó en el club de Mestalla y en el Barça llegando a ganar la liga de 1947. Cuenta la prensa que los jóvenes futbolistas pasaron la tarde anterior al partido visitando El Escorial y el Valle de los Caídos, eso sí, contando con la pleitesía de su técnico, de conocido pasado republicano como reconocería años más tarde en la difícil España de la época.

El once del Valencia fue el formado por Badía; Cubells, Tatai, Sebastiá, Estévez, Gil, Cabello, Ballester, Portolés, Puchades y Novergués. Debido a que se trata de futbolistas juveniles, y la grafía de los nombres también cambiaba con asiduidad, es difícil seguir el rastro de la mayoría de estos jugadores, aunque casi podemos afirmar con certeza que Puchades no tiene parentesco con el gran Antonio Puchades, leyenda del primer equipo y de la selección española. Podría tratarse de José Estrela Puchades, nacido en Valencia en 1942 y que posteriormente jugó en el Levante. De los que sí sabemos cosas es de Juan Manuel Badía Ferriols, portero del equipo que más tarde jugó en el Mestalla y en el Badajoz, y sobre todo de Manuel Cabello Carbonell, quien llegó al primer equipo como una de las grandes esperanzas y se perdió entre cesiones y traspasos. Terminó jugando en el Alzira, aunque su momento cumbre llegó en 1965 cuando logró un gol ante el Murcia que sirvió para que el Sabadell ascendiera.


La final no tuvo color y el Valencia se impuso con claridad a su rival por un contundente 7-2 (después de ir ganando 4-0). El juego en ataque de los valencianos sacó del partido muy pronto a un conjunto vasco que no tuvo opción en ningún momento. Después del pitido final los jugadores valencianistas recibieron el trofeo de manos de Franco y dieron la vuelta de honor en Chamartín, una histórica imagen que no ha vuelto a repetirse. Solo en el año 2007, de la mano de Óscar Fernández, el juvenil del Valencia tuvo la oportunidad de volver a jugar una final, aunque en aquella ocasión el Albacete le derrotó. Ahora el Real Madrid se presenta como penúltimo escollo en el camino de los valencianistas y de un Rubén Baraja que puede seguir escribiendo la historia y ganando títulos para el club valencianista.