Lo grande que es el Valencia se mira de muchas maneras
Podemos estar lo constipados que queramos, que es así, pero hay cosas que están muy por encima de la posición coyuntural

No sentía la grandeza del Valencia en un partido del Valencia hasta el gol de Hugo Duro en la final de Copa de 2022, en el que lancé a mi hija al cielo de Sevilla. Y lo volví a sentir, gracias a un gol otra vez de Hugo Duro en el Bernabéu, lanzando esta vez a mi hija al cielo de Cuenca. El fútbol tiene estas cosas, y sólo espero que la siguiente pueda ser de una vez en Mestalla.
La grandeza del Valencia se mide por muchas cosas, por muchas, y en días como este, ganando partidos como el del Madrid, en una situación como la que estábamos, todo se vive de una forma mucho más especial, más sentida, más profunda, más salvaje incluso. Sólo un equipo como el nuestro es capaz de cosas como esta, en lo mejor y en lo peor, y eso también nos hace muy grandes.
Eso es el Valencia, eso es lo que todos queremos volver a sentir y a vivir, lo que hemos experimentado muchas veces, para bien y para mal, pero siempre lejos de esta agonía permanente y agotadora que supone estar mirando siempre de cerca al descenso, porque eso no es con lo que nos hemos criado, lo que ha forjado durante más de 100 años por nuestros abuelos, padres…
Y que ahora nosotros debemos legar a nuestros hijos para que ellos lo hagan con nuestros nietos. Nada más y nada menos, pero esa es nuestra misión.