A ver si entendemos de una vez que lo mejor es poner muy fácil la venta del Valencia
Cada cosa que pasa es una señal más clara que la anterior, pero oye, sigamos haciendo el indio, que nos va muy bien

Podemos tratarlo como queramos, pero la venta del Valencia está un poco más cerca. Y no ha pasado nada, absolutamente nada, que haya cambiado este discurso, sino que se han ido dando los pasos y cumpliendo los hitos que nos encaminaban a ello.
Pensar que Peter Lim se va a quedar aquí para la eternidad puede resultar tentador para algunos, ya que se ha convertido en su estilo de vida, pero no, es obvio que no. Es todo mucho más sencillo y se reduce, como tantas cosas en la vida, a dinero. El que ha puesto, leo que no, y el que pretende ganar con una inversión que hizo en 2014 y que se llama Valencia CF, SAD.
Nosotros jamás lo veremos de ese modo, seguro que no, pero él sí, y quien venga después, también. Y engañarnos con esto, o intentarlo, resulta complicado de ver en personas adultas, porque es que simplemente es así.
Esta empresa, para Lim, tiene unos activos, que la hacen más o menos atractiva para un comprador. Si esos activos están a pleno rendimiento, es decir, campo nuevo en marcha o acabado, parcela de Mestalla vendida y deuda estructurada y refinanciada, de modo que no ahogue y se “pague sola” con el incrementos de ingresos generado por el futuro estadio, llama la atención del comprador.
En caso contrario, como nosotros no es que haya muchos, pero sí los suficientes como para no complicarse la vida, que es lo que está pasando en este momento, y ya desde hace algunos años. Los tiempos oscuros, al menos con Lim, se acaban, y aunque no será para mañana, ni tampoco pasado, se está cerca, y eso veo que, sorprendentemente, o quizá no tanto, es algo que no termina de gustar en ciertos sectores del valencianismo.