Lo que ha cambiado el Valencia en un año: las canas de Baraja

Todo ha dado un giro de 180 grados, cuando nadie lo esperaba, y es una oportunidad poco menos que única

Toni Hernández | 10 FEB. 2024 | 11:19
Baraja

“¿Que en qué ha cambiado el Valencia en un año? Igual tengo más canas”. Lo decía Rubén Baraja en la rueda de prensa previa al partido contra la UD Las Palmas. Y es posible que en eso también lleve algo de razón, que el Pipo tenía una vida tranquila hasta que decidió jugarse todo y volver a su casa para pagar un incendio que amenaza con llevarse todo por delante.

Hemos pasado de estar en descenso en la segunda vuelta, y salvarnos de milagro, a mirar a Europa a una distancia bastante corta, la más corta de hecho en varios años. Había un equipo en ruinas y ahora está lleno de chavales con ilusión y veteranos entregados. Mestalla tenía miedo de cada partido y ahora espera con ganas de las buenas cada partido del equipo. Se ha cambiado, vaya que si se ha cambiado.

Y lo que falta todavía por cambiar, por supuesto, que esto es sólo una parte del proceso, porque aquí el objetivo es volver a estar con los mejores, que es nuestro sitio natural con más menos normalidad, y no lo que llevamos viviendo desde el infausto verano de 2020, en el que todo cambió y giró hacia un agujero oscuro del que no hemos salido todavía, aunque vamos armando la cabeza.

En un año todo es distinto, y todo es todo, aunque se tenga la lógica sensación de que debe serlo mucho más aún. Y el factor que ha protagonizado el cambio no es otro que Rubén Baraja, al que se le tenía muy poco fe, por n decir ninguna, y sin el que ahora mismo podríamos entender este Valencia que tenemos delante. Las canas no Rubén, los pelos de brujo, que es lo mismo, pero “mola” más.