Lo que ha conseguido Rubén Baraja en el Valencia

Rubén Baraja ha hecho más por el Valencia como entrenador que como jugador. Palabras mayores, lo sé, vaya que si lo sé, pero es algo que cada día que pasa tengo más claro. Volvió en el peor momento de la historia desde 1986, cuando bajamos a Segunda, y encima lo hacía para cumplir un sueño que se podía convertir en pesadilla a poco que todo siguiera la tendencia que llevaba cuando aterrizó.

Como he dicho otras veces, parece que fue hace una eternidad, pero se dio a mediados de febrero, es decir, ahora mismo se cumplen 9 meses, y sí, ha parecido un parto, de los duros, aunque parece que el niño viene bien. Crecer le costará, como a todos, porque eso no es fácil, pero está aquí, que era algo que no teníamos claro no hace demasiado.

El Pipo le ha dado la vuelta a todo. Sin estridencias, sin gestos para la galería, sufriendo como cualquier valencianista, sin dormir muchas cosas, quemado alguna que otra vez porque el drama mandaba sobre el fútbol, pero siempre dando su punto de vista, su esencia, su calma, esa que tuvo siempre con el 8 a la espalda. No sé cómo estaremos dentro de unos meses, y menos dentro de unos años, pero sé dónde apuntábamos hace esos famosos 9 meses.

Y que él fue quien aceptó el reto que le pusieron encima de la mesa (que sí, que se lo ofreció alguien, lo mismo que renovar, que aquí parece que las cosas pasen por causa divina), y que lo está sacando adelante con todo en contra. No voy a entrar en lo que merece, porque eso no da de comer, pero sí pido que no olvidemos nada el día que las cosas se tuerzan mucho, porque el trabajo será el mismo.