Un partido muy importante para el Valencia de Corberán

El Valencia de Corberán se merece una bronca de las grandes cuando salte al césped de Mestalla el sábado ante el Athletic. Una bien sonora, muy rotunda y bien clara, porque podemos perder partidos, pero jamás hacer el ridículo como se hizo en Barcelona, y encima siendo la tercera vez contra el mismo equipo en pocos meses. Igual que la segunda vuelta del año pasado mereció un aplauso eterno porque nos íbamos a Segunda, cuando pasan estas cosas, es lo mismo, pero al revés.

Pasado ese trago, que ni son los primeros ni serán los últimos, no me cabe duda que Mestalla se volcará con los suyos, porque aquí todo el mundo sabe muy bien lo que tiene que hacer y cómo tiene que hacerlo, que no es necesario que nadie vaya dando lecciones de nada por las esquinas. Y superadas esas fases y yendo al fútbol, el equipo se juega muchas cosas.

El año pasado ya vivimos esto mismo en varias ocasiones, contra el Barcelona y también con aquel partido en casa frente al Atlético de Madrid que regalamos la primera parte, y salimos airosos. El curso pasado se aceptó, porque no había otra, eso de elegir cuándo se competía y cuándo no, pero esta vez no va a ser igual, y por ahí no vamos a pasar nadie.

Y aunque el rival es duro y viene herido, el Valencia tiene que ser el que quiere su entrenador y su gente, y ganar, porque lo que no sea eso es un comienzo feo, es meterte abajo aunque sea la jornada quinta, y es resucitar demasiados fantasmas que alguno está deseando que se paseen de nuevo por aquí. La exigencia de un grande son estas cosas, que nadie se equivoque.