¿Se puede confiar en un Valencia de futuro?

Javier Solís ha sido el hombre elegido por el club para dar la cara. Ruedas de prensa en las que se habló de poco y comparecencias cargadas de quejas para callar a las masas. No es el culpable de la situación del Valencia pero él ha encarnado el papel de Meriton en estos meses. Nada nuevo.

Después de que el Valencia eludiera el descenso se abre un nuevo escenario en el que Baraja tiene mucho que decir. Obviamente el técnico quiere seguir pero no a cualquier precio. Baraja pone sus condiciones pero no podrá poner como excusa que no conocía el funcionamiento del club si dentro de unos meses su proyecto se viene abajo.

Ha cumplido con su trabajo, era un entrenador sin currículum que vino con una misión: salvar al Valencia. Ha aprovechado su oportunidad pero también es consciente de la difícil situación por la que atraviesa el club. Si decide quedarse no será cómplice pero nadie podrá decir que desconocía las vicisitudes del actual Valencia CF. No le dejarán opinar en la parcela deportiva y corre el riesgo de ser carne de cañón al mínimo traspiés deportivo. Baraja ya ha demostrado su valencianismo pero se juega mucho más.