Tristes objetivos deportivos en el Valencia

El proceso de destrucción en el Valencia ha sido lento pero tuvo un camino coherente si tenemos en cuenta las decisiones y la gestión que ha llevado Meriton. En este siglo hemos pasado de unos años en los que se tocó el cielo a un paulatino descenso de los objetivos que ha llevado al Valencia a salvarse de manera agónica. El equipo que ganó ligas y jugó finales de Champions no era un Valencia normal, aquel rendimiento estaba muy por encima de sus posibilidades económicas aunque sí se estableció como obligación mínima que el club jugara en Europa todos los años.

Incluso podemos decir que para una entidad de la altura del Valencia no estar en Champions podía considerarse un fracaso muchos años. Con Meriton todo cambió a pesar de que en su primera temporada el club volvió a la máxima competición europea. En los dos años de Marcelino se compitió bien, pero ya se notó un descenso en la ambición si tenemos en cuenta que esas clasificaciones se celebraron de manera un tanto exagerada en comparación a las conseguidas una década atrás.

A partir de ahí el caos absoluto y la caída a la nada, ni Champions ni Europa. Y no solo eso, sino que en las tres últimas campañas el Valencia ni siquiera luchó por Europa en las últimas jornadas (con la excepción de la copa de 2022 que pudo haberle dado acceso). Al principio de esta campaña Gattuso habló de conseguir 40 puntos y este fue un mensaje preocupante, finalmente se cumplieron sus peores presagios y la plantilla ha terminado cobrando primas por conseguir un objetivo que a cualquier valencianista le sonroja.