La orden para vender el Valencia… para ver quién compra

Nadie tiene claro si de verdad Lim está o no por la labor, aunque la preocupación a corto plazo quizá debería ser otra distinta

Toni Hernández | 30 MAY. 2022 | 00:03
Mestalla

Si Peter Lim vende el Valencia, ¿hay alguien que lo compre? La pregunta pasa totalmente desapercibida, porque quizá estamos tan pendientes de lo que pueda hacer o no el máximo accionistas, que caemos en el trampa, algo muy humano, de olvidarnos de lo que debe pasar el día siguiente. Desconozco si Lim le va a decir a Murthy que el club está en venta de verdad, porque dudo mucho que, llegados a ese momento, se lo dijera al actual presidente. Que va a venir, antes o después, es algo absolutamente indiscutible, o al menos tener esa voluntad que no vemos ahora por ninguna.

Eso no me da miedo, o si acaso, que cuando lo decida no sea demasiado tarde para nosotros, que ese sería otro tema muy delicado. ¿Pero quién lo compra? Porque eso sí me obsesiona de verdad, porque no veo opciones reales que vengan por aquí, más allá de especuladores que pueden ver una oportunidad de negocio, quizá, y con la perspectiva del tiempo, como hizo el propio Peter Lim en su día. Ya hemos hecho cuentas en otras ocasiones, y con todo, hablando del corto, medio y largo plazo, para entrar en el Valencia debes tener claro que pagas/asumes cerca de 750 millones de euros entre compra a Lim, deuda, estadio nuevo, y demás. Ese dinero se ha de tener, y no sólo eso, sino que el que los ponga, primero habrá hecho un estudio de mercado para ver el retorno de esa inversión.

Los cuento de hadas de millonarios poniendo dinero sin fondo y sin control están muy bien, aunque tienen el problema que no puede estar más alejados de la realidad. También hemos comentando en diversas ocasiones las distintas opciones, incluso con créditos que pudieran ser pagados después por el Valencia, pero eso es algo que no veo, aunque ojalá y estuviera equivocado. El problema es que Lim quiere vender, pero el drama podría ser que nadie pudiera comprar, lo que constituiría un problema poco menos que mortal de necesidad.