Tres deberes pendientes para Carlos Corberán

Carlos Corberán llegó a Mestalla para darle al Valencia un proyecto reconocible, y la segunda vuelta de la pasada temporada fue la prueba de que puede lograrlo. Sin embargo, la dura derrota en Barcelona ha encendido algunas luces de advertencia que apuntan directamente al entrenador. No se trata de cuestionar su capacidad, sino de señalar qué debe mejorar para que el equipo no repita viejos errores del pasado.

Definir un objetivo claro

Corberán insiste en hablar de competir partido a partido, pero el Valencia necesita un horizonte más ambicioso. La permanencia ya no puede ser el único discurso. Con una plantilla joven y reforzada, toca verbalizar sin complejos la aspiración de luchar por Europa. No solo por la afición, también por los propios jugadores, que necesitan sentir que pelean por algo más exigente.

Más firmeza con la plantilla

La autocrítica del técnico tras Pamplona y Barcelona es positiva, pero los mismos fallos colectivos empiezan a repetirse. El equipo encaja goles evitables y baja los brazos lejos de casa. Corberán debe ser más duro con los futbolistas, exigir disciplina y cortar de raíz la relajación. Si no lo hace, el riesgo de que la plantilla pierda intensidad es real.

Ajustes en partidos grandes

El triunfo en el Bernabéu en 2024-25 demostró que Corberán sabe preparar grandes citas. Por eso sorprende que en Barcelona el Valencia no tuviera un plan alternativo cuando el encuentro se desbordó. Competir contra rivales de mayor potencial exige flexibilidad táctica: adaptarse rápido, ensuciar partidos y no quedar expuesto a goleadas que minan la confianza.

Corberán tiene crédito y respaldo tras lo que logró el curso pasado, pero también la obligación de evolucionar. Estos avisos deben servirle para crecer como líder y consolidar un Valencia competitivo y con rumbo definido.