La relación de Bordalás con la plantilla del Valencia

Se dice que este puede ser uno de los motivos de sus enfados, pero quien no haya entrado en un vestuario profesional, no sabe de lo que habla

Toni Hernández | 15 MAY. 2022 | 00:01
José Bordalás

¿Bordalás tiene una mala relación con la plantilla del Valencia? Sacar las cosas de madre, en todos los sentidos, no suele servir para explicar ciertas situaciones que pueden ser complicadas de entender. El técnico alicantino es un tipo exigente, al extremo, y en algunas cosas me recuerda mucho a Rafa Benítez, del que muchos jugadores del Doblete acabaron hartos, pero que sin él jamás volvieron a tener el mismo nivel. ¿Casualidad? Pues sinceramente, no lo creo. A Bordalás le puede haber perdido que se caliente en rueda de prensa en exceso cuando viene de un mal partido, no tiene filtro y dice lo que piensa sin pone el freno de mano. Cuando alguien es auténtico, lo es para todo, y eso va incluido en el lote. El problema es que eso no lo entiende todo el mundo, no gusta a todo el mundo, y ser gestor de grupos te debe llevar a que algunos impulsos no tienes más remedio que guardarlos, aunque no hayas dicho ninguna mentira.

Que en algún momento la plantilla le haya dicho que parara el carro con lo de la falta de calidad es posible, sino de ese modo, sí al menos de manera que se intentara no ponerlos a los pies de los caballos por algo de lo que al final no tiene culpa. Que eso haya estirado mucho la cuerda es otro cantar, aunque seguramente, como pasa siempre, haya jugadores que estén más molestos que otros. En un vestuario se cambian 25 formas distintas de ver la misma cosa, y eso es algo con lo que hay que lidiar día a día. 

Que haya una mala relación es un concepto muy amplio, muy genérico, muy tentador desde el punto de vista periodístico, pero muy poco real desde el prisma eminentemente deportivo. Un año en el fútbol profesional es muy largo, cansa mental y físicamente, y llega un momento en el que todos necesitan vacaciones, olvidarse de esto y pensar en otra cosa, y de eso siempre suele haber un porcentaje muy grande en las tensiones que se puedan vivir en un vestuario. No hay una guerra entre la plantilla y Bordalás, es una forma muy simple de resumir muchas sensaciones juntas, pero sí el desgaste propio de un curso en el que han pasado muchas cosas. Veremos los cambios que vienen, porque ahí también suele haber muchas soluciones de todo tipo a estas cosas.