Las dos caras del Valencia, una reflexión incómoda

No hay nada que reprochar a la actuación en la final pero el partido refleja que no se hicieron los deberes durante la temporada

Jose Hernández | 25 ABR. 2022 | 09:00
Guedes y Foulquier

El Valencia no tiene plantilla para plantarle cara a los grandes pero tampoco para estar a diez puntos de Europa a falta de cinco partidos. La Copa del Rey era la última bala y podía ocurrir lo que finalmente sucedió, se estuvo muy cerca y la lectura sería distinta con el título de copa en Mestalla, pero tras la derrota y después de lo visto en La Cartuja también es momento de reflexionar. El Valencia 2021-22 ha sido un equipo de fases y momentos, pero extremadamente irregular. Ha encadenado partidos con mucha solidez y períodos en los que desconectó y era totalmente incapaz de sumar.

El trabajo de Bordalás ha sido correcto teniendo en cuenta los mimbres que tiene, pero si dejamos la copa al lado tan solo llega al aprobado justo en La Liga. Las lesiones han afectado al ritmo competitivo (otro aspecto a corregir ya que jugando solo dos competiciones no se entiende) pero se escaparon demasiados puntos de Mestalla. Hacer del campo de la Avenida de Suecia un fortín era obligación, y sin embargo se están haciendo números peores que en las últimas campañas. En Sevilla los jugadores se lo dejaron todo y compitieron, una imagen distinta a lo visto tras el parón de selecciones, justo cuando el Valencia enterró sus opciones europeas ante rivales asequibles.

No hablaremos de fracaso pero sí de una clara decepción, el equipo debería haber luchado por Europa hasta el último partido y sin embargo se enfrenta a un mes que se hará muy largo. No se puede consentir un Valencia de dos caras ni que solo rinda al máximo nivel en algunos partidos. Los problemas son estructurales pero tanto la plantilla como el cuerpo técnico también tienen su parte de responsabilidad.