Ser del Valencia, sin condiciones, en estos días tan especiales

Ser del Valencia es un orgullo, una suerte, y además, un privilegio. Y aunque el titular puede parecer lo contrario, en estos días serlo es mucho más fácil… si te dejas llevar. Y precisamente por eso, en semanas como esta, ser de este equipo nuestro es especial. Porque cada uno tenemos una misión, un papel que cumplir. Aquello de “jugamos todos” no es sólo una forma de hablar, sino una realidad, porque aunque son los futbolistas los que saltan al césped, el resto también somos muy importantes para poder conseguir la victoria. Cuando hablo de ser sin condiciones, no es un latiguillo, sino una verdad que me gusta llevar a término, cuesta lo que cueste.

Porque a veces olvidamos que la labor de los que como yo, vamos teniendo una edad, es transmitir el legado, más allá de vivir nosotros más cosas, que de eso, gracias a Dios, hemos tenido muchas oportunidades en el último cuarto de siglo. Ahora es el momento de explicarles a los más jóvenes, muchos de los cuales ya tuvieron su bautismo de fuego hace 3 años, qué significan esto tipo de días, cómo se vive una gran final, qué es estar aquí. Incluso preparar a los más niños para algo que sabemos que se puede dar: perder. Y eso también es del Valencia, sin condiciones, aunque a alguno le pueda sonar a chino.

Aunque por encima de todo, está el cómo viva cada uno este tipo de semanas, ese tipo de días, esa clase de partidos. Confieso que yo estoy más tranquilo que en la vida, con ninguna tensión, que seguramente aparecerá el sábado en el campo, pero como tengo clara mi función esta vez, mi hija, sé que ya vamos ganando pase lo que pase. Hay una valencianista más para siempre, y eso es tan importante como traerse la Copa para casa, que haremos todo lo que esté en nuestra mano para que así sea. Pero insisto, ser del Valencia, sin condiciones, en estos días tan especiales va mucho más allá de ir a ganar un partido, pero mucho más allá, claro que sí.