En el Valencia no es tiempo de analizar ni de rajar, sólo de creer

El partido contra el Rayo deja demasiado barro, que a estas alturas de temporada, y pensando en Sevilla, no tiene ningún sentido por ninguna parte

Toni Hernández | 12 ABR. 2022 | 09:19
José Bordalás

El Valencia de José Bordalás no es el mejor de la historia, ni mucho menos. Pero es el nuestro, el de aquí y el de ahora, y contra todo pronóstico, se ha plantado en una final de la Copa del Rey que se juega el día 23 de abril en Sevilla. No me gusta fiarlo todo a una competición como esa, pero también es cierto que no nos queda otra alternativa. Ponernos a rajar ahora de cómo juega el equipo o lo que propone no tiene sentido, porque eso, al menos hasta el año que viene, sabemos que no va a cambiar, porque no hay forma humana de hacerlo. Aunque es cierto que se pueden intentar otras cosas, que las verdades absolutas son muy relativas.

Poner en duda el trabajo del técnico alicantino tampoco tiene por dónde cogerse. Aunque muchas cosas no sean bonitas de ver, ha conseguido armar un bloque competitivo, que sabe lo que tiene que hacer, aunque no siempre lo haga bien. Ponernos a señalar las carencias que tenemos, como si fueran nuevas, tiene la misma lógica que poner en tela de juicio el sistema o el planteamiento. Ni pone en valor el esfuerzo de todos ni sirve para refrendar el trabajo que se hace cada día. Aquí, Bordalás, quizá estuvo peor que poniendo 3 centrales, como dijo al acabar el partido.

En resumen, este es nuestro equipo, este es el Valencia con el que debemos ir a muerte en lo que queda de año, y qué duda cabe, especialmente en la final de La Cartuja. Nos jugamos todo a una carta, porque ya es algo evidente, y sólo espero que no haya más lesionados contra el Osasuna y el Villarreal, esa es la verdad. No es tiempo de cuestionar nada ni a nadie, sino de creer, de generar un ambiente de confianza, y de hacer un ejercicio de valencianismo extremo, como tantas veces, porque ellos y sólo ellos, de la manera que sea o puedan, nos harán campeones y nos devolverán a Europa.