Recobrar el espíritu olvidado en el Valencia

El Valencia no ha gestionado bien el reparto de las entradas, se puede discutir sobre los criterios elegidos (cualquier opción habría creado polémica), pero lo que es indiscutible es que el procedimiento de comunicación no ha sido el correcto. Ni ha sido claro ni se eligieron bien los tiempos, y ha sido la última piedra en un camino que nos ha llevado a uno de los climas más crispados de los últimos años. Tampoco hay que engañarse y pensar que el valencianismo en el pasado fue un remanso de paz, eso es algo falso, pero la mala gestión y las luchas externas han trascendido a la división de la afición (y lógicamente las redes sociales han amplificado todos los problemas).

Todo el mundo recuerda la ilusión y unión que se vivió en la final de 2019, fue una de las claves para que la copa llegara a Mestalla. Sería recomendable intentar dejar las disputas para después de la final y enterrar el hacha de guerra al menos por unos días. El equipo lo necesita y el valencianismo será minoría en las calles de Sevilla, si a ello le unimos que el Valencia es menos competitivo que el del Centenario solo desde la unión se podrá lograr el objetivo.

Porque si algo pone de acuerdo a todos es que ganar la copa es bueno para el valencianismo y para los valencianistas, absolutamente para todos. Toda iniciativa que sume en positivo estos días será bien recibida y servirá para dar confianza al equipo, recuperar parte del espíritu de la final de 2019 es misión de todos.