Maxi Gómez, valoraciones dolorosas tras un paréntesis feliz

Ha sido un buen parón de selecciones para Maxi Gómez, en su caso esta ventana le ha servido para contribuir a que Uruguay obtuviera su billete definitivo para el mundial y en lo personal para convertirse en protagonista teniendo minutos. Una isla en el océano porque no se pueden poner paños calientes a su temporada, Maxi Gómez suspende a la espera de una reacción en el tramo final que le permita mejorar sus decepcionantes números.

Porque ni siquiera podrá estar en la final de Sevilla, una expulsión en la semifinal cuando era suplente terminó de ensuciar su trayectoria. Para un delantero de su calibre y cartel tres goles son muy pocos, el futbolista ha pasado de pistolero del equipo a recurso en la rotación y eso no es bueno. Decimos recurso porque a pesar de que en las últimas fechas presentó una ligera mejoría cuando ha salido al campo siguió dejando constancia de su poca determinación y confianza en el área, en concreto en el partido frente al Elche.

Tras una buena primera temporada Maxi nunca volvió a estar al nivel que se le presupone, ni en cifras ni en participación activa en el juego de ataque del Valencia. Bordalás le dio muchas oportunidades en la primera parte de la temporada pero el uruguayo no ha sido capaz de tirar del equipo cuando al ser uno de los veteranos es algo que se le demanda. Se pueden hacer análisis en los que se valora su lucha y lo que le da al equipo en algunas facetas del juego, pero obviamente esos tres goles están muy lejos de datos acordes a un jugador de ese peso en la delantera. Vuelve a Valencia con la inyección moral de seguir la buena estela que ha marcado con la selección en el parón, pero su nota en Mestalla hasta el momento es el suspenso.