El Valencia se ha convertido en un club vendedor en los últimos años, algunas de las mejores piezas tuvieron que salir para cubrir balances económicos y esto debilitó el poder competitivo. Lo más discutible no fueron las ventas sino el hecho de que los recambios no fueran demasiado ambiciosos en la mayoría de los casos, lo cierto es que el Valencia tiene menos potencial que en la etapa de Marcelino o Celades, pero en los últimos años el nivel medio se estabilizó aunque todavía está por debajo de lo que debe ser el Valencia.