Detalles que marcan una realidad preocupante en el Valencia

Los penosos números en el campeonato de liga ya empiezan a verse como normales debido a la caída de grandeza del Valencia. Las negligencias tienen consecuencias

Jose Hernández | 15 FEB. 2022 | 08:00
Valencia CF

Hasta hace muy poco se hablaba de la posibilidad de alcanzar un puesto en competiciones europeas vía liga. El Valencia encaró el fin de año con opciones de terminar 2021 en posición Champions pero a partir de ahí todo ha sido un desastre. El calendario ha sido duro pero los números rozan lo esperpéntico, con dos puntos ganados de 18 disputados. Este Valencia es el segundo más goleado en décadas y está muy cerca de tirar el año a la basura en el mes de febrero si no se produce un milagro, esa es la realidad al margen de la Copa. Y es que el Valencia se juega la temporada a dos partidos a vida o muerte que pueden generar ilusión pero no maquillarían otro curso muy decepcionante.

De aquellos barros estos lodos, como dice el refrán. Nada de lo que ocurre en el Valencia es fruto de la casualidad y a pesar de que parecía que había intención de hacer mejor las cosas nos encontramos con más de lo mismo. Bordalás es el mejor entrenador que puede tener el club en este momento, afortunadamente existe consenso porque el alicantino se lo está dejando todo. Evidentemente comete errores como todos pero la crítica a una decisión puntual no significa que se le ponga en el punto de mira, esto sería muy injusto.

También es cierto que en un Valencia normal, acorde a su exigencia y con un funcionamiento coherente el técnico ya habría sido destituido atendiendo a los resultados. El que no quiera reconocerlo tan solo se "hace trampas al solitario", pero es que la entidad pasa por un momento letárgico. Adormecido en su grandeza y sin un rumbo definido, incapaz de reforzar al equipo salvo alguna excepción esporádica y con la necesidad de vender a piezas importantes. Ni siquiera parece claro que jugadores como Gayá o Carlos Soler vayan a continuar. Se une todo y lo único que le queda al Valencia es el apoyo de una afición fiel que a pesar de todo no abandonará al club. Pero hay que tener cuidado porque la pérdida de grandeza afecta a todos los ámbitos. A 15 de febrero da lástima ver al Valencia en la 12ª posición y que la resignación sea la tónica del día a día.