Maxi Gómez: un problema para el Valencia

Si el Valencia recibiera una oferta para traspasar a Maxi Gómez por 18 millones de euros, lo que falta por amortizar de su fichaje en 2019, tendría que aceptarla con los ojos cerrados. Mi querido amigo y maestro Julio Insa me dijo muchas veces que nunca hay que meterse con el delantero centro, porque llega un día, te marca dos goles, mira a la cabina (hablamos de los tiempos que hacíamos radio juntos), y te tira al campo encima.

Tengo claro que no le falta razón, pero con el delantero uruguayo ya no es que haya una corriente en contra, que también, sino que el problema es mucho más profundo y complicado de solucionar. La sensación que da de puertas para fuera es que está en un nivel de bloqueo que le impide hacer nada bien, ni lo más esencial, y eso le afecta hasta el punto de estar delante de la portería y no saber muy bien qué tiene que hacer con la pelota. Y el oficio de delantero centro no te permite tener esas dudas. El encuentro contra el Granada fue algo exasperante, irritante, incluso llegando al punto de sentir compasión porque la sensación era que se quedaba delante de la portería, sin portero, y la echaba fuera.

No se le están discutiendo las ganas ni la profesionalidad. Se pega con todo el mundo (a veces demasiado), va a todas, no baja los brazos, no se arrastra… pero eso, en el fútbol profesional de máximo nivel, tenemos todos claro que no vale, que no es suficiente. Bordalás cuenta con él, quiere que sea su 9, pero estando a este nivel mental, que luego se refleja en la parte deportiva, no se puede ir a ninguna parte. El Valencia tiene un problema con Maxi y lo debe solucionar de forma inmediata.