Son días de reflexión, ha llegado el parón por selecciones y a diferencia de otras ventanas el Valencia no sufre el virus FIFA. Sería una cuestión preocupante si tenemos en cuenta que en otras ocasiones el club sufrió en semanas de este tipo, pero viendo el vaso medio lleno, es una oportunidad para que el entrenador refresque ideas y pueda trabajar mejor con la plantilla.
La realidad es que el equipo pasa por una crisis de resultados y casi diríamos que de identidad, Corberán ha perdido crédito y el hecho de que haya sido ratificado por el CEO Ron Gourlay ya denota cierto nerviosismo. Hay tiempo para revertir la situación pero en el entorno ya han aflorado los fantasmas del pasado. El Valencia no ha hecho un gran esfuerzo en el mercado pero se consiguió atar piezas importantes pensando en el futuro, sin embargo, en los últimos partidos el Valencia no dio la talla con errores de bulto en momentos puntuales.
El problema es de moral y dinámica, pero sobre todo futbolístico. Los próximos encuentros van a ser claves para definir el objetivo, Europa no debe ser una obsesión pero sí se debería hablar abiertamente de esa meta.