El sentido de pertenencia al Valencia

Es lo único realmente intocable, lo que no podemos dejar que muera o que se apague, y de lo poco que depende al 100% de nosotros

Toni Hernández | 16 AGO. 2021 | 07:00
Afición del Valencia

El sentido de pertenencia es algo que no podemos perder en el Valencia de ninguna de las maneras. Es posible que sea una de las pocas cosas en las que nos pongamos de acuerdo sin necesidad de discutir. O al menos de no hacerlo mucho y de manera descarnada, como parece que toca hacerlo ahora casi todos los días. Somos del Valencia de manera incondicional, los que realmente lo somos que somos cientos de miles en todo el mundo. Y eso supone que podemos ser críticos al extremo con la gestión del que mande en cada momento, con el entrenador de turno o con los jugadores que se pongan nuestra camiseta.

Pero el bien del club, y por extensión la censura de todo lo malo que le pueda pasar, es algo que no se puede negociar. Aunque suframos como perros, un buen día del Valencia es un buen día en nuestra vida. Habrá quien nos llame simples, pero tampoco exigimos a nadie que entienda esta forma de vivir. Y no admitimos que nadie la critique tampoco, dicho sea de paso. Ese mismo sentido de pertenencia, a la vez, cada uno lo gestiona como le parece oportuno, y eso es algo que se tiene que respetar por encima de todas las cosas. Entiendo al que no se quiera sacar el pase y esté hasta arriba de todo y ni se le pase por la cabeza estar pendiente del equipo (a mí mismo se me pasó por la cabeza cuando se salvó la categoría el año pasado).

Entiendo al que se lo va a renovar sea como sea, porque el Valencia está por delante y quiere ir a Mestalla, a su casa, a decir libremente lo que piensa de la gestión actual. Entiendo al que no hace ni una cosa ni la otra pero está deseando que empiece la Liga para ver ganar a su equipo. Entiendo al que está en la playa pasando de todo, que tampoco es malo. Mientras todos tengamos en común que el Valencia está ahí, que es una parte de nuestra vida incluso hasta para condicionar nuestro estado de ánimo, el sentido de pertenencia seguirá vivo. No dejemos que muera nunca, porque ese día habrá terminado todo.