Cómo solucionar la crisis global que vive el Valencia, sin demagogias

La crisis que vive el Valencia a nivel social e institucional, no hablamos del tema deportivo, que eso va por otro lado, es algo que todos tenemos muy claro. En otros momentos, según los bandos, había crisis o no la había, pero ahora mismo, y quizá sea la primera vez en la historia que esto pasa, nadie tiene el cuajo de negar la evidencia. Y deberíamos aprovechechar esta coyuntura poco menos que imposible, para sentarnos todos, hablar, dialogar, y sobre todo, razonar.

El Valencia está como está en gran parte por nuestra culpa. Hemos tenido gestores para echarse a temblar muchas veces, pero la venta de acciones por parte de miles de personas fue el caldo de cultivo perfecto para terminar como estamos ahora. Hablamos de democratizar el club, pero eso ya lo teníamos y lo vendimos a 600 euros el voto. Debemos partir de un punto cierto, porque engañarnos no tiene sentido. Y no debemos caer en el error de unirnos en torno a un enemigo común como pueda ser Peter Lim. Es posible que sea el elemento distorsionador, lo es, pero antes que él hubo otros, y después vendrán más.

El motivo del diálogo sincero es encontrar una solución duradera, de verdad crear un espacio plural, real y sostenible donde el Valencia pueda habitar. Y saber que jugamos con las reglas de las sociedades anónimas deportivas, no empecemos a pensar en cosas que no se pueden hacer, que luego el enfado es mayor. Necesitamos unirnos y saber qué queremos y cómo, y después ir a por ello. Y todos juntos sin excepción, porque como se empiece a segregar en función del pensamiento, y ya se hace, seguiremos igual que siempre.