Hablemos de este Valencia sin miedos y con valencianismo

El Valencia de Carlos Corberán, el nuestro, está jodido, está mal, anda perdido, y más allá de repetirlo muchas más veces, lo que hay que hacer es reconducir toda esa situación. Han sido bastantes días de tensión, de bronca, de muchos dimes y diretes, que ya empezaron la semana anterior, y que posiblemente sigan en este fin de semana de puente y sin fútbol, que la mezcla ha sido explosiva y casi buscada por nuestro peor enemigo para hacer daño.

Las expectativas de todos eran altas, se decía la palabra Europa sin demasiado miedo aunque no convencidos del todo, pero desde luego, no se pensaba ni por asomo en otro año más sufriendo porque nadie en su cabeza quería, ni podía, dibujar de nuevo un escenario tan nefasto como ese. Los partidos jugados nos han dado una somanta de palos y abierto los ojos, y quizá, quiero verlo así, un toque de atención para lo que viene.

Somos lo que somos, y ni tan buenos como para pensar en Europa como destino ya fijado, y ni tan malos como para hacer el ridículo ante dos equipos que no habían ganado un partido en todo el año. Hay que tener calma, exigencia y nada de miedo, ni esconderse ni tirar mierda a nadie por cuenta de nada. Esto se saca con el trabajo de todos y la unión máximo del valencianismo, pero hagamos borrón y cuenta nueva, otra vez, porque en caso contrario acabaremos mal.