Decisiones controvertidas y un escenario incierto en el Valencia

El despido de Camarasa ha sido una sorpresa para todos. La reestructuración dentro del club no para pero está generando muchas incertezas

Jose Hernández | 04 AGO. 2020 | 08:02
Camarasa y Anil Murthy

A estas alturas a nadie le sorprenden las decisiones extrañas en el Valencia, el despido de Paco Camarasa ha sido la última noticia que ha conseguido impactar a la afición. Y es que el de Rafelbunyol es una figura emblemática del club, con una vida de valencianismo a sus espaldas pero cuyo bagaje no le ha servido para continuar en la entidad. Nuevamente Meriton se equivoca y lo hace en su propio perjuicio. Sin entrar a valorar las razones que rodean este despido, es una decisión que aleja todavía más a la propiedad del aficionado. Los ex jugadores históricos o empleados con un buen bagaje deberían ser intocables y tratados con mucho más respeto, pero durante estos años ya se ha comprobado que los gestores del Valencia tienen una idea muy diferente en cuanto al camino a seguir.

La reestructuración del club está siendo extrema, y por supuesto algunas decisiones serán correctas y necesarias. Pero lamentablemente no se aprecian cambios en la manera de proceder y la comunicación y empatía desde Meriton sigue brillando por su ausencia. Leyendas como Kempes o Vicente ya terminaron mal con la propiedad, y la afición todavía anhela la figura de una persona muy eficiente como Mateu Alemany. El balear demostró su buen hacer con resultados deportivos y buenos balances en lo económico, pero Peter Lim decidió desde la lejana Singapur que no era el hombre ideal para llevar la gerencia del club. El tiempo ha terminado poniendo a todos en su lugar.

Reina el caos y el descontrol, y el despido de Camarasa solo produce más tristeza y desconfianza entre la sufrida afición del Valencia. Hay demasiadas ganas de volver a ver al equipo arriba pero cada vez es más difícil ilusionarse. Jóvenes valores que se marchan, leyendas del club maltratadas, jugadores importantes en venta y la amenaza de que no habría que sorprenderse si el Valencia vuelve a pasar una larga época de sequía: un escenario bastante desolador.