El Valencia de Voro no abandona la mediocridad

Opinión/ La afición volvió a marcharse muy triste de Mestalla tras empatar contra el penúltimo de la liga, sin embargo, el técnico se mostró satisfecho

Jose Hernández | 12 MAR. 2017 | 08:27

Sí fue un resultado "vergonzante" pese a que el entrenador del Valencia se mostrara satisfecho después de que sus jugadores arrancaran un empate en el último suspiro. El penúltimo clasificado de la liga se marchó de Mestalla con la sensación de haber perdido dos puntos, algo que ya sintieron otros equipos como el Granada, triste. Analizar el empate desde un punto de vista positivo y celebrar que el Valencia está más cerca de la permanencia solo puede calificarse como un comportamiento poco ambicioso y mediocre, pero a día de hoy el club se ha convertido en eso.

Después de ver competir a los jugadores del Valencia ante el Real Madrid la situación actual duele más. El equipo se ha desconectado por completo una vez que la permanencia ha quedado casi asegurada. El Valencia está firmando la peor temporada de las últimas décadas pero el aficionado solo percibe tranquilidad e incluso satisfacción por parte del club y la plantilla. De momento han existido pocos cambios en la entidad, pero las risas y la falta de profesionalidad por parte de algunos jugadores continúa, se percibe en los entrenamientos y por supuesto en los partidos. El hincha del Valencia sigue acudiendo a Mestalla y cada vez muestra con mayor vehemencia su disconformidad con todo lo que está viendo en el terreno de juego, consecuencia directa de las malas decisiones internas. Cada día ocurre un nuevo episodio que hace que la desconfianza aumente y la imagen del club quede mancillada, ¿Es época para reírse o celebrar los resultados del equipo? Evidentemente no.

El Valencia renunció a luchar por cotas mayores tras ganar al Real Madrid y Voro tiene su parte de culpa. El valenciano asumió las riendas en una situación complicada, pero cuando se realice un balance general de la campaña también habrá que recordar errores y sobre todo su discurso posterior en partidos en los que el equipo no estuvo a la altura. Pese a empatar, el rendimiento ante el Sporting fue un ridículo más. El Valencia no puede seguir admitiendo como normal este tipo de resultados ni dejar que los jugadores elijan el momento en el que deben ser serios y profesionales, de lo contrario será muy difícil abandonar la mediocridad.