Rubén Baraja está más cerca de ser un gran entrenador, más cerca del banquillo del Valencia

El mito del valencianismo ha sido cesado del Rayo Vallecano, una experiencia más para poder ser el técnico del futuro en su casa

Toni Hernández | 21 FEB. 2017 | 08:30

Rubén Baraja está más cerca de ser entrenador del Valencia, y es que según el tópico de la profesión, para ser un gran técnico te tienen que cesar al menos un par de veces, y con su salida del Rayo Vallecano, un avispero de delicada solución, el Pipo suma el primero de su carrera después de una gran temporada en el Elche, también con mil problemas, el año pasado. Que Baraja salía de Vallecas era algo casi cantado desde hacía unas semanas, porque ante el nulo rendimiento de la plantilla tomó medidas y los jugadores, algunos, le hicieron la envolvente, y como suele pasar, la cuerda se rompió por el lado más fácil. Pero todo tiene un proceso, y la formación como técnico de élite tiene estas cosas.

Como amigo me duele, porque ver que alguien al que aprecias tanto las cosas le salen mal no gusta, pero también pienso en si mujer, en su hija, y en que ahora tendrá unos meses para disfrutarlas, ver fútbol con calma, y ya si se viene arriba, invitar a los amigos a comer. Aunque como veterano de este negocio de tantos años, tengo claro que Rubén Baraja ha dado un paso más para ver cumplido su gran sueño personal y reto personal, ser algún día entrenador del Valencia, sentarse en el banquillo de Mestalla, y ojalá, llevarlo donde ya lo hizo como jugador junto a la mejor generación de jugadores que se han juntado en este club en casi 100 años de historia. Ya falta un poco menos.