Ser capitán del Valencia debe ser un orgullo no apto para sinvergüenzas deportivos

Pensaba que con Miguel Brito o Iván Helguera se había tocado fondo, pero Dani Parejo ha demostrado que nada más lejos de la realidad

Toni Hernández | 21 DIC. 2016 | 00:04

Ser capitán del Valencia es el sueño que cualquier niño valencanista tiene, algo que sólo unos pocos elegidos tienen el privilegio de ver cumplido, y algunos de ellos jamas lo han querido, lo han deseado o lo han merecido. Dani Parejo es el último ejemplo, porque un tipo que gane más de 2 millones de euros netos al año, que lleva ese brazalete cada vez que juega, jamás debería ostentar ese honor, porque es una vergüenza para todos aquellos que sentimos este club como algo muy especial, como algo diferente. Aquí no hay periodismo, no hay sentido común ni término medio: un tipo que se deja grabar borracho, que deja que un tipo al que dice no conocer insulte gravemente al entrenador, y luego tiene el cuajo de decir que "no he matado a nadie", no merece vestir la camiseta del Valencia, y que sea su capitán es una aberración.

Quien achaque esto al "Valencia de Lim", otro clásico que veo venir, pueden ir cambiando el argumento, que Parejo lleva aquí desde 2011, su actitud no es nueva, y no es el primer numerito que monta, aunque sí es cierto que es el segundo en apenas unos meses, ya que en verano debió ser traspasado cuando se declaró en rebeldía al no dejarle ir el club al Sevilla. El gran error de Suso junto a la renovación de Pako Ayestarán y el no fichar a un delantero, lo dije entonces y lo repito ahora. Parejo se une a esa lista de capitanes de vergüenza como Miguel Brito o Iván Helguera, y algún otro que prefiero callarme porque ese es otro debate y ya hace mucho tiempo de aquello. Un orgullo, un privilegio, que sólo debía estar a la altura de quienes realmente lo merezcan.