Zidane y su amargo recuerdo del Valencia

El francés vuelve a verse las caras con el Valencia, hace quince años el equipo entrenado por Benítez amargó su debut en la liga española, un partido que nadie olvida

Jose Hernández | 07 MAY. 2016 | 18:50

Los caminos de Zinedine Zidane y el Valencia vuelven a cruzarse en un momento decisivo de la carrera del francés, esta vez el conjunto valencianista llega al Bernabeu como juez de la liga ante un Real Madrid que quiere apurar sus opciones de ser campeón. Durante su etapa como jugador, Zidane tuvo que enfrentarse al Valencia más competitivo, y ya en el día de su debut vivió en primera persona la rivalidad que los dos equipos mantenían a principio de siglo.

Zidane no olvidará la noche del 25 de agosto de 2001. La liga abría las puertas a su estrella más mediática y los caprichos del calendario provocaron que su bautismo en el campeonato se produjera en el estadio de Mestalla, quizá el feudo más hostil de la época para el conjunto merengue. El ambiente de aquel encuentro fue uno de los más crispados que se recuerdan tanto en el campo como fuera del mismo, y es que la guerra entre los dos clubes estaba llegando a sus cotas más altas. El polémico fichaje de Mijatovic, la final de la Champions en París y los continuos cruces de declaraciones, habían convertido a la ciudad de Valencia en cuna del antimadridismo, pero tampoco el Valencia era un equipo respetado en la capital a pesar de que en los últimos años había elevado su nivel de forma considerable.


Ese mismo verano se produjo la salida de Mendieta del Valencia, y para aumentar un poco más la tensión, fue el Real Madrid quien intentó su fichaje hasta el último momento. El propio Mendieta pidió al Valencia que negociara su cláusula para poder fichar por el Madrid, pero el club de Mestalla se negó en todo momento a poner facilidades al cuadro blanco. El detalle no gustó en el Real Madrid, aunque el conjunto merengue estaba seguro de que en el año del centenario podría ganar las tres competiciones ayudado por sus estrellas. No contaban con un Valencia que terminaría sorprendiendo a todos y se llevó la liga 31 años después, aunque es cierto que tenían a Zidane y a la postre el galo salvaría su temporada con el zapatazo de Glasgow. No obstante, su debut en Mestalla fue una pesadilla.

Albelda, el Anti-Zidane

​En la previa del encuentro solo se hablaba de Zidane, ya que la expectación por ver en acción al francés era máxima y los medios de comunicación se volcaron. Pero la movilización de la afición valencianista fue muy importante y era tanta la animadversión que se sentía en aquella época por el Madrid que los blancos pidieron protección especial a la delegación de gobierno. El mismo día del partido las lunas del autobús merengue fueron apedreadas y quedaron destrozadas. Horas más tarde la llegada del Madrid a Mestalla se convirtió en un Via-Crucis para la expedición; las portadas, editoriales y declaraciones de algunos directivos actuaron como caldo de cultivo para los más exaltados, que no dudaron en recibir a Zidane y sus compañeros con una lluvia de insultos y objetos. Ya en el terreno de juego la situación no cambió y el Real Madrid quedó absolutamente marcado por el ambiente.

Con el pitido inicial de López Nieto restaban 90 minutos de fútbol. Rafael Benítez, el novato, esperaba ganar la batalla táctica a uno de sus maestros, Vicente del Bosque, y los jugadores valencianistas no necesitaban estímulos extra para frenar al Madrid de las estrellas. Todos los focos se centraron en Zidane, pero muy pronto Albelda marcó su terreno y derribó al francés en el centro del campo. Un minuto después llegó el primer gol valencianista, obra de Angulo. El fuego blanquinegro había comenzado a ganar la batalla al llamado entonces "Triángulo mágico del Real Madrid". Minutos después llegó la segunda falta del valenciano a Zidane, y en ese momento los jugadores madridistas y el propio Del Bosque comenzaron a perder los nervios.

El centro del campo del Valencia con De los Santos y Albelda vencía en cada duelo, eran los invitados a la fiesta con los que nadie contaba. El centrocampista de la Pobla Llarga terminó viendo tarjeta por reiteración de faltas, Zidane ya se encontraba completamente desquiciado. Su aportación en el encuentro fue mínima y llegó a sumar hasta 9 pérdidas de balón claras. El músculo del Valencia se impuso de forma evidente al talento merengue, y todo el Real Madrid terminó más preocupado de López Nieto que del juego. Fernando Hierro fue uno de los más agresivos en sus protestas,el malagueño solía ser uno de los futbolistas más violentos en este tipo de choques e intentó poner orden. Para entonces ya nadie se acordaba del desaparecido Zidane. A pesar de la dureza del Valencia fue Figo quien tuvo que abandonar el terreno de juego por doble amonestación, pero esa noche el Valencia fue mejor en todo e incluso pudo golear en el segundo tiempo.

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El 1-0 fue un aviso de lo que ocurriría ese año, ya que los de Benítez terminarían proclamándose campeones de liga. Pero esa semana se habló poco de lo peligroso que podía ser ese equipo a largo plazo. El debate se centró en el ambiente hostil que presentó Mestalla y en la contundencia de Albelda. Incluso se generaron editoriales sobre la necesidad de cuidar a las estrellas frente a este tipo de jugadores. Si en Valencia se había creado una animadversión exagerada contra el Real Madrid, no fue menor la campaña organizada en torno a Albelda.

Como detalle anecdótico hay que recordar que el Real Madrid jugó un amistoso ante el Cartagonova días después y en un titular de prensa se pudo leer: "Hoy se ven las caras con el mayor de los Albelda" (el hermano de David, José Vicente Albelda, era jugador del equipo de Cartagena). Por unos días el futbolista valenciano fue el punto de las críticas debido a su dureza, pero pocos repararon en que su marcaje a la estrella francesa había sido perfecto. Zidane tendría tiempo para demostrar su indiscutible calidad en el futuro, también un Valencia que gracias a su estilo y personalidad terminó conquistando dos ligas en solo tres años. Zidane no olvidará su primer partido ante el equipo valencianista.