El proyecto de Valencia de Peter Lim y quien lo ejecuta, cada día con las ideas más claras

Uno va hablando con unos y otros, pregunta, le cuentan y comprueba en primera persona, y es un proyecto brillante, y si gana partidos, extraordinario

Toni Hernández | 07 MAY. 2016 | 00:02

Voy a disfrutar mucho escribiendo esto, mucho, primero porque ser periodista y hablar del Valencia hay días que no se debería cobrar, sino pagar, y segundo porque después de vivir el mejor Valencia de todos los tiempos ganando Ligas, Copas, torneos europeos, y hasta guardando un buen recuerdo con el paso del tiempo de dos finales perdidas de Liga de Campeones, y ahora estamos a las puertas de una fase de la historia del club, que tiene cimientos mucho más sólidos, fuertes y claros de lo que todos podamos pensar, el Valencia de Peter Lim. Un club que tiene a mucho amargado que no aporta nada lejos, y que aún los pondrá más aún, porque alrededor de este club sigue pululando gente que busca medrar como se hacía en otro tiempo, sufre los ataques de quien no está dentro por puro despecho, y aunque este año ha sido para aprender mucho porque se han cometido muchos errores, la inquina en la crítica viene dada porque están fuera, porque no se les cuenta lo que pasa dentro, y eso, después de haber mandado tanto, se lleva muy mal.

Peter Lim ha estado varios días en nuestra ciudad, y más allá de saber que se ha reunido con mucha gente, no se sabe el contenido de esas reuniones, y eso me encanta. Aunque ha producido algunas situaciones que van desde la comedia mala, cuando por ver a Joan Laporta se iba a convertir en presidente del Valencia, a otras de lógica de esa que tenemos los periodistas y nadie más, porque si José Luis Zaragosí esta comiendo con Lim es porque va a entrar en el consejo... salvo que sea porque está reunido con los gestos del IVI y quiere hacer proyectos en común con ellos. El remate final fue la foto con Cristiano y Mendes, que no es la primera, y es que Lim es dueño de los derechos de imagen del portugués, porque es un tipo de negocios, y por lo que se ve listo, y alguien que cuando va a un campo de fútbol de cualquier parte del mundo le conocen y se ponen en pie para hacerle la pelota. Eso jamás ha pasado en la historia del Valencia, jamás.

Estoy disfrutando porque veo también a algunos sufriendo por vicio y costumbre, viendo conspiraciones y contrataciones por todas partes como si esto fuera otro Valencia, y es mucho más sencillo. Un dueño que invierte 200 millones de euros, que pone a sus ejecutivos de confianza a controlar su inversión. Ejecutivos que se forman todos los días y tienen equipos de trabajo de gente de aquí, que curra mucho y bien todos los días. Gente que tiene las ideas claras, porque son las ideas de Lim, y a la que ese ruido mediático que tanto nos gusta por estos lares le da igual, están aislados de él y sólo tienen dos misiones: que el Valencia gane y que el club sea un orgullo para los valencianista. Y hasta Dios descansó en domingo, que todo tiene un proceso, y aunque todos queremos que sea ya, los tiempos no pueden ser otros.