Vinicius Araujo y los muertos en el armario de Rufete

El delantero brasileño, que llegó en el invierno de 2014, apenas ha jugado en el Valencia, costó 3,5 millones, y cada vez vale menos

Toni Hernández | 05 MAR. 2016 | 00:06

Es posible que haya que hacer memoria, mucha, para acordarse de Vinicius Araujo, delantero brasileño que llegó al Valencia en enero de 2014, por nada menos que 3,5 millones por el 50% de su pase, y desde ese momento, el muchacho, que si será recordado por haber "pegado una liada" en twitter, ha sido cedido al Standard de Lieja, donde no hizo nada, volvió al Cruzeiro, donde al menos marcó dos goles pero nada destacable, y el club lo ha tenido que ceder, esta vez al Sport Recife, porque la joyita aún tiene contrato de largo duración con el Valencia. Esta es la prueba más evidente que Rufete, como todos, tiene muertos en el armario, y en este caso, el fallito va a costar varios millones de euros, además de los que costó en du día. Rufo no era infalible, ni mucho menos.

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¿Algo contra Rufete? No, ya no. Lo que tenía quedó claro, pero cuando veo idealizar su figura de una forma impropia, elevándolo a la categoría de fenómeno, me enfado, me acuerdo de sus errores, y de sus malos modos con algunas personas y varias situaciones. Echó de mala manara a Paco López del filial cuando lo había salvado de forma milagrosa, hizo la vida imposible a Rubén Baraja hasta aburrirlo, despachó a Juan Sánchez porque sabía bastante más que él en lugar de aprovecharlo, y si, que si, que fichó a Otamendi, o mejor dicho, Otamendi vino siendo él director deportivo. Pero tambien lo hicieron elementos como Vinicius Araujo, que hasta que acabe su contrato, seguirá siendo una rémora para el Valencia, y grande.

Me enfada que pensemos en Rufete como paradigma de director deportivo, porque no lo era. Ponemos a parir a Gary Neville porque no tenía experiencia en el banquillo, la misma que Rufete en los despachos. Y oye, se le reían las gracias y todo. Me enfada, me enfada mucho, porque se hizo mucho daño a grandes profesionales que sentían el Valencia, y estaban perfectamente cualificados para desempeñar sus funciones, incluso quizá más que el propio Rufete. Y ahora hay que ceder otra vez a Vinicius. Lo hecho, hecho está, y darle más vueltas no lleva a ninguna parte, pero por favor, ya está bien de idealizar a gente que no se lo merece.