Y cuando todo apuntaba a una derrota vergonzosa, el Valencia de Neville ganó, y hasta pareció bueno

Cuando este equipo se calma, se serena, no va perdiendo, corre e intenta jugar al fútbol, no es nada, pero nada malo, y aún tiene mucho margen de mejora

Toni Hernández | 02 MAR. 2016 | 21:49

El Valencia de Gary Neville ganó en Liga de nuevo, 3 partido de los últimos 4, el segundo consecutivo fuera de casa, y en un campo, La Rosaleda, y contra un rival, el Málaga, que lejos de ser asequible es duro en su estadio, y en la primera parte corrieron a un Valencia apático poco menos que a gorrazos, pero que después del gol milagroso de Kameni, que bien podía haber sido falta, porque el portero camerunés sufrió el pisotón involuntario de Cheryshev. De nuevo el hispano-ruso hacía el segundo gol de una remontada, con un equipo local KO, pensando en cómo podía haber acabado el primer tiempo en empate a 1.


El gran problema de este equipo es que no hay forma de cerrar la portería, dejarla a cero. Con el de Málaga, ya son 17 partidos seguidos los que el equipo encaja gol en Liga, y eso hace que todo sea más difícil, mucho más. Eso hace que el equipo esté histérico, atenazado, muerto, en ocasiones hasta parece que pase de todo. Y cuando se logra el empate, cuando se calma, cuando se puede desplegar el fútbol que se lleva dentro, que no es de Dream Team, pero es bueno, el Valencia es mejor, mucho mejor. Y esa sensación de desidia desaparece. Entonces te vuelve la duda, y es saber si realmente existe o sólo es un efecto de los nervios y inexperiencia.

Si bien es cierto que la primera parte es MUY mejorable, también lo es que quizá, sólo quizá, el equipo contra el Athletic estuvo bien, 70 minutos fue dueño de todo, tuvo las mejores ocasiones, y que luego se deshizo sin Enzo sobre el campo. Por cierto, bienvenido Javi Fuego, se te echaba de menos. ¿Motivos para la euforia? No, para nada. Pero insisto, ni el equipo es tan malo, ni Neville tan torpe. Me apetece mucho el partido del domingo contra el Atlético, mucho. Porque lo normal dice una cosa, pero este Valencia está muy lejos de ser normal.