Se podría montar ahora un pollo de los desgarradores, pero no es la solución a los problemas del Valencia

La Real Sociedad invitó a ganar el partido, y cómodo, pero el equipo no se hizo a la idea, y dos horrores defensivos, además de errores, hicieron lo demás

Toni Hernández | 10 ENE. 2016 | 18:38

Hace unos años, cuatro y pico, en un día como hoy, hubiera usado un lenguaje que hubiera rozado lo soez para describir el partido del Valencia en Anoeta, que la Real Sociedad se ha llevado casi sin querer, y eso hace que el dicho aquel de “a perro flaco, todo son pulgas”, cobre un protagonista nada deseable, que no toca, pero es que si ves el partido, si analizas las caras, los gestos, las acciones, puedes enfadarte mucho, es fácil ser ese tipo que podía bordear la mala educación por el calentamiento global de su bocaza, pero este tiempo me he enseñado a ver más cosas.

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Este equipo va con el alma, pero el problema es que no sabe donde la tiene. No ves a nadie esconderse, y si ves a muchos fallar hasta decir basta. Quizá haya decisiones tácticas de Gary Neville que pueden discutirse, y que a cojón visto macho seguro, pero el tema es más que eso, mucho más. Hay intangibles en esto que se deben sopesar, que se tienen que tener en cuenta, porque con el “hay que echarle huevos, que somos el Valencia”, no se llega a ninguna parte.

La confección de la plantilla tiene deficiencias, eso no escapa a nadie. Atrás se va justo, por el tocado Mustafi (aparece para mal en los 2 goles), Abdennour que se quedó en Mónaco, y Vezo y Aderlan, que de momento, no, simplemente no dan el nivel exigido. Por ahí empiezan los problemas, porque la zaga es vulnerable, con laterales con distintas prestaciones, pero con carencias atrás. Si sigues delante y encuentras que Enzo, el pilar de la tierra junto a Parejo, se lesiona demasiado, aunque le eche un par cada partido, el tema atrás se nubla. 8 partidos seguidos encajando se llama la película.

Piso terreno peligroso, porque estoy haciendo de técnico, y eso es malo, porque no lo soy. Pero si soy contador de cosas, observador de la realidad. ¿Alguien recuerda a algún jugador del Valencia sonreír? ¿O puede pasaros que, como yo, lo que más ves son cabezas gachas, alguna que otra bronca, y resoplidos y más resoplidos? Hay momentos en los que no, las cosas no, y da igual lo que hagas, especialmente si no lo haces todo bien. Y el equipo está pasando por ese "no" ahora mismo. Las caras de Neville son el reflejo.

Este Valencia de hoy en día se resume en 2 jugadas. El córner que tiene a favor y acaba en una contra de Bruma que no tiene sentido, y el segundo gol, que es un centro sin oposición de un tío que la pone de locos, y un remate, con menos oposición aún, de un delantero que llevaba un gol hasta jugar contra el Valencia y que ahora lleva 3.

Montar ahora dramas, muy nuestro, tampoco es el remedio. Este condenado deporte no deja que los numeritos tengan mucho efecto, ni positivo ni negativo. Aquí lo único que queda es seguir con un plan, el que sea, pero uno, reforzarse en enero, porque hace falta por mucho que vayas recuperando gente, y eso si, apretar el culo y rezar un poco, para que el puntito de suerte que tampoco se tiene, por fin, aparezca.