15 años de la dimisión de Paco Roig

El 30 de Noviembre de 1997 el Salamanca ganó en Mestalla

Jose Hernández | 29 NOV. 2012 | 23:02

Hoy hace 15 años del Valencia-Salamanca que produjo la dimisión de Paco Roig como presidente del Valencia Club de Fútbol, recordamos aquel capítulo histórico vivido en Mestalla en 1997.

"Cumplo como un hombre lo que prometí y me marcho".

Stelea, Iturrino, Corino, Pavlicic, Loren, Paulo Torres, Edu Alonso, Taira, Giovanella, Martín Vellisca y... Pauleta. Era el Salamanca de los portugueses, un conjunto recién ascendido que en solo 11 jornadas ya había cambiado de entrenador, siendo sustituído Andoni Goikoetxea por el interino Balta y posteriormente por otra leyenda del Athletic, Txetxu Rojo, que fue quien se sentó en Mestalla aquel 30 de Noviembre de 1997.

Nadie imaginaba que el conjunto castellano iba a asestar un golpe determinante en las entrañas del Valencia, ganando un partido que cambiaría por completo el mapa directivo de la entidad. Llegaban a un estadio en el que nunca habían ganado, con el peso de ser penúltimos en la clasificación. Varios hechos marcaron las horas previas de aquella histórica jornada: por una lado la situación deportiva del Valencia, también en zona de descenso solo un punto por encima de los "charros", por otra los árbitros. La jornada 14 fue de huelga por parte del colectivo arbitral (dirigieron miembros de las categorías inferiores), y curiosamente se produjo en un momento en el que la afición valencianista culpaba de buena parte de los males del equipo a los colegiados. Se celebró una manifestación que poblaba las inmediaciones de Mestalla, con quejas y reprobaciones hacia las actuaciones recientes del colectivo arbitral.

La derrota ante el Atlético de Madrid una semana antes de recibir al Salamanca, tuvo gran parte de culpa en la aprensión por los colegiados, y además afectó notablemente a la moral del equipo entrenado ya por Claudio Ranieri. En un partido que no mereció perder, los colchoneros se impusieron a un Valencia que parecía tener a todos los astros de la fortuna en el bando contrario. Una actuación arbitral muy casera de Japón Sevilla, con un dudoso penalti favorable a los rojiblancos y una entrada rozando lo criminal de Santi Denia sobre Ariel "el burrito" Ortega que no fue sancionada, hizo estallar al vestuario valencianista. Uno de los que hablo fue Djukic, manifestando: "nos han robado la cartera". La mecha estaba encendida, y además Romário, el gran capricho de Francisco Roig, terminaba de lanzar unas explosivas declaraciones desde Brasil, donde ya estaba concentrado con la selección para jugar la Copa Confederaciones: "El fútbol cangrejo no va conmigo, y el Valencia no tiene más opción que encerrarse".

El brasileño no volvería a jugar con la camiseta del Valencia, y su presidente dejaría de serlo en muy pocos días. Un gol de Pauleta en el minuto 14 de la segunda parte del partido liguero, puso por delante al Salamanca. Restaban minutos de agobio, de pasión encendida... la afición se reveló ante el palco entonando el célebre "Paco vete ya".

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Los pasillos y micrófonos tuvieron más vida que nunca aquella noche, el ruido de sables se percibía en una fachada del estadio que permanecía repleta de aficionados. La tarde había sido larga y profundamente reivindicativa; algo que comenzó con protestas antes del partido, finalizó con una masa enfurecida pidiendo la marcha del presidente e incluso con la policía nacional escoltando la salida de algunos implicados.

Tras los primeros compases del pos-partido se intuye que Roig terminará saliendo del club, y queda convocada una reunión del consejo extraordinaria donde parece claro que habrá relevo tras más de tres años de "roigismo". El 9 de Marzo de 1994, Paco Roig había llegado a la presidencia del Valencia Club de Fútbol derrotando a Ramón Romero en la lucha por presidir el consejo. Esa misma noche, Héctor Nuñez es destituido, siendo el primero de una lista de entrenadores que quedará formada por Rielo (en dos ocasiones), Hiddink, Parreira, Luís Aragonés, Jorge Valdano y Claudio Ranieri.

En verano de 1995, días después de la final del agua que estuvo a punto de hacer campeón al primer proyecto deportivo de Roig, el presidente vive un momento límite; criticado por ex-jugadores y parte de las peñas por su gestión y el reparto de las entradas de Madrid, algún miembro de su consejo dimite, y florece una alternativa que bajo el slogan "salvem al Valencia" intenta hacerse con el control accionarial del club. Pedro Cortés era parte de esa oposición, y se convertirá años más tarde en presidente tras la salida de Roig, superando en la carrera a Jaume Ortí, Jaime Molina (que se encontraba en Argentina en esas fechas) o José Antonio García Moreno, nombres que se barajaron en la sucesión en aquellas jornadas.

Finalmente se pacta el nombramiento de Cortés como presidente después de que el consejo acepte la dimisión de Roig, que deja hasta su puesto de consejero, pero sigue siendo el máximo accionista. Como vicepresidente queda Ortí, y Manuel Llorente pasa de gerente a consejero delegado. Pedro hacía realidad su sueño (aunque ya presidió el club de forma interina en 1986), y para el Valencia finalizaba una etapa en la que la ilusión y esperanza fueron la tónica general.

Noches como la clasificación para la final de copa en 1995 ante el Albacete, o el día en el que se venció en el Calderón con un gol de Poyatos soñando con ganar la liga, fueron el resurgir de un club que vivía hasta ese momento el paso de los años sin ser protagonista. La semilla del éxito posterior fue creada en aquellas jornadas. Roig instauró en España las "presentaciones espectáculo" en el verano de 1994, Real Madrid, Barcelona y el resto de clubes seguirían la idea. Bajo su mandato el estadio fue una olla a presión, la auténtica bombonera española. No se ganaron títulos pero las gradas tenían más ganas de fútbol que nunca. Mestalla se quedaba pequeño para albergar tanta ilusión, y reventó en aquella última tarde de Noviembre de 1997 cuando el estadio lleno, le gritó a Paco que se fuera.

Mientras Roig anunciaba su salida, el equipo se encontraba concentrado en el Empordà catalán, esperando un partido de copa ante el Figueres. Después de Roig, Ranieri salvó milagrosamente su cabeza en Anoeta con aquel golazo de Mendieta. El propio Figueres llevó a la prórroga la eliminatoria copera. El Valencia agonizaba, pero más tarde llegaría la remontada del Camp Nou, la Intertoto, Claudio López y todo lo demás...

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