No se salva nadie

Los jugadores estuvieron dormidos y Emery está más que sentenciado

Nacho Ballester | 20 ABR. 2012 | 10:06

La afición del Valencia no puede más, ni con unos ni con otros y con razón. El varapalo sufrido ante el Atlético de Madrid ha destrozado la ilusión de una afición que lleva cuatro años viendo lo mismo por parte de su equipo. La mayoría de las críticas se centran en Unai Emery y en la intensidad del equipo, además de los graves errores de los jugadores. Aquí hemos de ir.

El entrenador de un equipo de elite siempre tiene un porcentaje importante de responsabilidad y culpa tanto para cuando se gana como para cuando se pierde, pero no olvidemos que son los jugadores los que posteriormente ponen en marchar lo hablado. Ayer fallaron todos en todo, desde el portero al delantero. A Emery se le puede achacar la intensidad transmitida a sus jugadores (recordemos que el martes jugaron a pádel, tenis y se relajaron en La Calderona a petición del entrenador). ¿A alguien le suena el dicho este de se juega como se entrena?

El primer error de Emery empezó a las 18 horas de la tarde cuando decidió dejar fuera a David Albelda una vez más. Evidentemente queda claro que Unai no traga al de La Pobla Llarga tras venderle este ante Manuel Llorente en la famosa reunión secreta que tuvieron varios jugadores con el presidente.

Empecemos por la defensa ya que de Diego Alves poco hay que decir. Ricardo Costa fue el único que tuvo un papel decente en la trágica noche del Calderón. Adil Rami volvió a mostrar su peor faceta cuando el equipo más le necesitaba y además cometió el grave error de no despejar o no cubrir bien para evitar que Arda Turan le robase la cartera. Un error inexplicable que aprovechó Falcao para abrir la lata.

El otro central, Víctor Ruiz, está más verde que los prados de Asturias. El internacional sub 21 estuvo lento, permisivo y además no supo sacar la pelota jugada en ningún caso. Cero patatero para el catalán. Para terminar de destrozar la defensa, también decidió apuntarse a la fiesta el señor Jordi Alba. El pequeño zurdo no pudo con Arda Turan desde el minuto 1 y tampoco fue capaz de aportar nada con sus subidas al ataque.

Y llegamos a la media. Mehmet Topal asumió una vez más el rol de stopper para evitar las jugadas de Diego y Adrián entre otros. El internacional turco estuvo horrible en todas sus acciones y además cometió un error de infantil de primer año cuando trató de sacar la pelota jugada entre dos colchoneros. Adrián aprovechó el regalito para meter el tercero. A Feghouli se le vio un ápice de carácter al inicio pero su juego brilló por su ausencia y se fue desesperando con el paso de los minutos. Tino Costa se peleó con todos para bien y para mal. El carácter del argentino es de lo poco que podemos salvar de su actuación, así como sus lanzamientos de falta en las jugadas a balón parado. Gabi y Mario Suárez se lo comieron con patatas. De Mathieu simplemente decir que estuvo nulo.

En la zona de ataque la cosa no mejoró nada. Jonas marcó el gol y se puso a protestar absolutamente todo. Se encaró con varios jugadores colchoneros y estuvo fuera del encuentro mentalmente. Soldado se desesperó en su soledad más absoluta con los cuatro defensas rojiblancos. Como la isla de perdidos, Soldado no encontró salida en ningún momento y se dedicó a intentar bajar balones rodeado de contrarios y sin ayudas. Desesperante.

Al final con el gol de Ricardo Costa parece que la eliminatoria esté más abierta, pero no nos engañemos porque mucho tendrían que cambiar las cosas en una semana para cargarse al Atlético de Madrid. Marcar dos goles en Mestalla no debería ser un milagro, el milagro será no encajar ningún gol con el maravilloso sistema defensivo de Emery y con sus maravillosos centrales que hacen más aguas que el Titanic. Ahora llega el partido del Betis que solamente servirá para palpar el enfado de la afición y para poder perder la tercera plaza. La cosa pinta pero que muy mal señores.