Si, en el Valencia podemos sonreír, no hay que tener ni miedo ni vergüenza, y aunque no vamos a pelear por un título o por entrar en la Champions League, lo cierto es que poder tocar Europa, o al menos soñar con ella aunque siga estando muy complicado (no tanto por puntos pero sí por los muchos rivales que hay por delante), es algo bonito, para poderlo disfrutar. Sí, disfrutar, no tengamos la piel tan fina, que lo primero que celebró mi generación fue el ascenso a Primera.