Los salarios de Gayà y Diakhaby, la realidad del Valencia y la demagogia barata
Las situaciones se tiene que analizar en el contexto con el que se tomaron, no ahora, que por desgracia no tiene nada que ver

“El Valencia no puede tener a Gayà y Diakhaby cobrando entre los dos 10 millones brutos al año, y encima no ser los mejores, y uno de ellos ni titular”. El pensamiento, más o menos literal, se empieza a extender como un reguero de pólvora, de manera imparable, y olvidando muchas cosas.
Que con una masa salarial como la nuestra tener dos jugadores cobrando eso es una anomalía resulta evidente. Se consume un porcentaje altísimo además en dos futbolistas que, siendo importantes, no son del todo vitales, especialmente Diakhaby, y eso, a la hora de confeccionar la plantilla, cada año, es un lastre añadido a todos los que tenemos.
Nadie puede negar que esto es así si hacemos un análisis frío. Pero es que estamos llegando al punto de matar a ambos jugadores, y de una manera muy salvaje. Diakha no es el mismo, del todo, que antes de la grave lesión que tuvo hace año y medio. ¿Quién demonios puede prever que va a tener al mayor destrozo que puede pasarle a la rodilla de un jugador?
Y con todo y con eso le veo jugando mucho este año, al tiempo. Gayà renovó su contrato por aclamación popular, si hubiera salido como Soler nos lo habríamos comido vivo, pero desde entonces ha tenido mil problemas aunque ha seguido tirando del carro el primero, porque el brazalete se lleva para algo. ¿Que esta situación es un problema para el Valencia?
Sin duda, y antes o después la vamos a tener que afrontar, porque encima, cuando el galo firmó su renovación era venta clara ese verano, algo que dudo mucho que se dé en las circunstancias que había en ese momento.
¿Que se bajen el sueldo los dos por la regla del artículo 33? Creo que con estas cosas siempre tendemos a vivir en otro mundo, aunque seguro que hay contextos planteables, seguro, pero no el de “por mis cojones”, porque ese acaba bien nunca. No seamos demagogos, que nos gusta mucho, ni matemos a quien no tiene la culpa de nada, que es otra de las aficiones que se da por estos lares.