El fútbol es una empresa, los sentimientos son para el aficionado y el dinero a gastar, para el dueño

Mezclar las cosas es lo normal, está claro, pero eso no significa que sea lo correcto, por más que muchos se puedan enfadar

Toni Hernández | 16 JUN. 2025 | 00:05
Peter Lim

El Valencia es una empresa, los sentimientos son del aficionado, pero la empresa, del dueño. Esto es un axioma, no se puede discutir, o sí, pero eso no va a cambiar lo que es una realidad delicada, porque no nos gusta, pero que no deja de ser eso, una realidad. El propietario del club, por más que queramos llamarlo de otra manera, ni es del Valencia ni tiene la obligación de serlo, y lo debe dirigir con criterios empresariales, que es lo que lleva haciendo estos duros años.

¿El pecado? Que se ha hecho a golpe de corneta, y en el fútbol no puedes obviar el factor social, que al final es el que lo mueve todo... menos el dinero, y en parte también. Lim nos ha puesto a vivir en base a lo que generamos, y eso es una puñalada, porque nos hemos ido alejando de nuestros rivales de siempre a distancias que ahora mismo parecen insalvables. Y aunque estamos viendo que los demás hacen lo mismo, eso no es con suelo.

No va a invertir con factor riesgo como en los años de Mateu y Marcelino, porque una venta está más cerca, que no necesariamente cerca, y eso es algo que va contra ese proceso. Pero las cuentas del Valencia 2025 no tienen nada que ver con las de 2020, en todos los sentidos, y ahora mismo respiramos por nosotros mismos y no con préstamos del dueño. Que ni es valencianista ni lo será, por cierto, lo mismo que el siguiente que venga detrás de él.