Las filias y fobias del entorno del Valencia
Algunos da igual lo que hagan que siempre serán malos, y lo mismo pasa con otros, que siempre terminarán siendo buenos

El entorno del Valencia, parte de él, además de ser tóxico, es muy peligroso. Y lo digo sin miedo, que no lo he tenido nunca, aunque durante mucho he preferido no meterme en más jaleos. Y cuando enfila a alguien, por el motivo que sea, que tampoco ha de ser necesariamente grave o incluso probado, lo abrasa hasta que no queda un centímetro cuadrado de su cuerpo sin quemar. Lo hemos visto muchas veces estos años, y que nadie pierda un segundo en decir que no.
Las filias, y sobre todo las fobias, tienen muchas explicaciones, y seguramente la gran mayoría tengan hasta un razonamiento que se pueda sostener, pero claro, cuando la opinión pública pierda el norte y convierte las cosas en algo personal y no profesional, la perspectiva no es que se pierda, es que salta por los aires y no hay manera ya de recuperarla. Y eso, porque estamos en fase final de determinadas cosas, se va a ver con mucha más frecuencia.
Hay a quien se le tiene odio bizantino por encima de cualquier otra cosa, y se cae demasiadas veces en contar lo que unos quieren que pase por encima de lo que realmente pasa, y claro, eso luego tiene consecuencias si la realidad que termina sucediendo es otra. Lo grave, más allá de otras consideraciones, es que nadie tiene la más mínima intención de dar su brazo a torcer, y que se esté en lo cierto o no, simplemente, es secundario.