Mi querido Jaume Doménech, amic meu

Hoy será el último día que Jaume Domènech pise Mestalla como jugador del Valencia. Y para quienes somos sus amigos, para los que lo somos desde hace muchos años, es un día alegre y triste a la vez. Alegre porque al final se va un trozo de la historia del Valencia, un portero que ha estado 12 años en la casa, que ha jugado y ganado una Copa del Rey, que ha hecho muchas cosas muy bien hechas para todos los entrenadores que han pasado por aquí, pero que ha llegado al fin de la historia, porque tiene un principio, y un final.

Recuerdo el día que conocí a Jau, hace casi 15 años, en una prueba para ver si nos lo quedábamos como portero en Huracán. Fue un animal, sin palabras. Y estuvo con nosotros aquel año maravilloso que terminó de la forma más salvaje que se pueda en encontrar en Jaén. Lloramos juntos aquella maldita noche, pero trabamos una amistad que va por encima del fútbol, porque es una unión familiar, que es mucho más.

Recuerdo cuando le recogíamos en el área de servicio de Castellón, cuando hacía 200 kilómetros para cobrar 600 euros, cuando entraba a un vestuario y en 5 minutos era el capitán. Firmó por el Valencia y fue un orgullo, y el día que debutó en el primer equipo, una alegría como si lo hubiera hecho mi hermano pequeño. Y en Sevilla, subido a aquella portería con la Copa, tocar el cielo no hubiera sido nada mejor.

Se va un trozo de la historia del Valencia, que luchado para que este club no se cayera, para que no bajáramos, para que no se dieran más grietas de las que ya habían. Querido amigo, te quiero mucho, en casa te queremos mucho, allí están tus dos mayores admiradores, y alguien que te va a tener siempre en el corazón. Jaume Domènech, historia del Valencia. Jaume, el meu amic per a tota la vida.