La figura de Carlos Corberán en el Valencia actual
Hay que analizar con calma, sin exageraciones positivas ni palos como castillos cuando no se gana, y eso nos dará la justa medida de todo

"En las primeras semanas en el Valencia empecé a percibir las ganas de revertir la situación, la rabia que tenían de ver dónde estaban, la capacidad de asimilar trabajo para mejorar como equipo y las ganas de demostrar implicación en el día a día para salir y lograr el objetivo". Las palabras son de Carlos Corberán, entrenador del equipo, justo después del partido de Villarreal, y sirven como resumen de las cosas que andan sucediendo estos meses.
Que el equipo estaba tocado era algo evidente, porque la flecha para abajo era grande y muy roja, y debían pasar cosas para revertir la situación. La primera, más allá de mucha opiniones, que hubiera mejores jugadores en la plantilla, porque sin eso no se tenía nada. Diakhaby, Gayà, las versiones actuales de Enzo o Javi Guerra, Sadiq, Iván Jaime... Son muchas cosas, lo mismo que la mando de Corberán, a la que por supuesto hay que darle su valor.
Cuando juntas todo eso, e incluso pones en la ecuación que a todo el entorno de verdad nos entró el miedo a bajar porque nos lo veíamos venir de forma más real que en la vida, lo normal es que hagamos el efecto rebota que llevamos. Y como bien dijo el entrenador en esa misma rueda de prensa en La Cerámica, "tenemos mucho trabajo por delante y seguir haciéndolo. Me gusta la línea del equipo y no quiero que demos ningún paso atrás".